Puerta cierra las dudas
El argentino da la vuelta a su duelo con el ruso Davydenko y alcanza su primera final 'grande'
Cuando se daba por hecho que el ruso Nikolay Davydenko iba a ganar, el argentino Mariano Puerta sacó todo lo que aún tenía dentro y consiguió dar la vuelta al marcador. De salvar dos bolas de break para el 5-3 en contra en la quinta manga pasó a imponerse por 6-3, 5-7, 2-6, 6-4 y 6-4 en 3 horas y 29 minutos y clasificarse por primera vez para una final de una competición del Grand Slam. Mañana podrá convertirse en el segundo campeón argentino consecutivo tras el éxito de Gastón Gaudio en la edición del año pasado.
"Nunca olvidaré lo que acabo de vivir", confesó un emocionado Puerta todavía a pie de pista. "Siento que estoy en el Paraíso", agregó; "este torneo me cambió la vida". Su mirada estaba puesta en el palco de los jugadores, desde el que su madre y su entrenador, Andrés Schneider, no podían contener las lágrimas. Acababa de cerrar una puerta gris y oscura y de abrir otra que le aportará luz. Toda la historia relativa a su positivo por dopaje con clembuterol que sufrió a finales de 2003 y que le supuso una suspensión por nueve meses queda ahora enterrada por el simple hecho de haber demostrado que es capaz de jugar a un nivel incluso superior sin tener la más mínima sospecha. Entonces, se defendió aduciendo que había tomado esa sustancia por el asma que le afecta desde niño. Ahora, ya con 26 años, alcanza la meta más alta de su carrera.
Su ascensión hasta la final de Roland Garros parece todavía un milagro. Nadie apostaba por él cuando Davydenko, que la próxima semana figurará entre los diez primeros jugadores del mundo, le ganaba por dos sets a uno y parecía tener completamente controlado el duelo. Puerta se levantó entonces y forzó la quinta manga. Pero, puestos ya en ella, otra vez pareció perdido en la pista cuando, con 4-3, Davydenko dispuso de 15-40 sobre el saque del suramericano, que debía llevarle a una ventaja de 5-3 y saque. "¿Cómo logró salvar aquello?", se le preguntó a Puerta. Y, muy sincero, respondió: "Jugué con mucha fuerza interior. Fue increíble. Y el público me apoyó. Me pareció en muchos momentos que estaba en Buenos Aires. Y ahora no creo que haya en el mundo nadie más feliz que yo".
En el historial de Puerta figuran tres títulos del circuito profesional. Dos ganados antes de 2003, los de Palermo (1998) y Bogotá (2000), y otro que consiguió este mismo año, en Casablanca. En el Grand Slam nunca había superado la tercera ronda.
Por otra parte, la española Virginia Ruano, junto a la argentina Paola Suárez, se clasificó ayer para su sexta final consecutiva de dobles en París, donde ambas han ganado ya tres títulos. Ruano y Suárez vencieron a la rusa Nadia Petrova y la norteamericana Meghann Shaugnessy por 6-2 y 6-4. Hasta ahora llevan disputadas 13 finales del Grand Slam, de las que han ganado siete.
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