Límites y derivas de lo real

"Una poética no realista (es decir, que no acepta las convenciones del realismo), cuya raíz y cuyo límite son, sin embargo, lo real". Con esas palabras, Olvido García Valdés define, en el prólogo a Por más señas, la poesía de Antonio Méndez Rubio (Fuente del Arco, Badajoz, 1957), uno de los integrantes del grupo Alicia Bajo Cero, plataforma que en la pasada década formuló una contestación radical al dominio de la poesía figurativa. Coherente con esa propuesta, su poesía araña en las zonas más áridas del mundo que nos rodea y, a la vez, en las zonas desconocidas del lenguaje.

Una poesía que se reclama social pero partiendo de una propuesta estética vanguardista, hecha de señas que proceden de la realidad (de una realidad difusa, no siempre reconocible) para generar otra no visible, apuntada y fragmentaria, hecha de palabras. En ese espacio no visible que alumbra el lenguaje está, según el poeta, la utopía, el deseo, una senda que unas veces (las menos) es claridad -"pero el agua en el surco hará posible / que la semilla salga de la tierra al aire"- y otras nos conduce a lo oscuro, a realidades nuevas no explicables racionalmente -"La ceguera del mundo / traída al mundo / que también existe"- y en las que se nos ofrece, aunque no siempre logre advertirlo el lector, un imaginario abierto a la interpretación, un abanico de sentidos que contestan a la realidad de la que parten.

En Poesía sin mundo, Mén

dez Rubio ha integrado una veintena de trabajos aparecidos entre 1993 y 2003. Su reflexión camina sobre dos ejes que se interrelacionan. El primero tiene un carácter político-social: la constatación de un mundo injusto, en el que una minoría determina la cultura y, por ello, el lenguaje. El segundo es de índole filosófica y estética: la necesidad de contestarlo desde -en, con- la poesía creando otro mundo cuyo sentido es la libertad que la realidad niega, un espacio movedizo en el que la oscuridad es irracionalidad (o una "racionalidad otra") y respuesta. Barthes, Ricoeur, Derrida, entre otros, están en la base de su reflexión. Una reflexión que, también, se abre a la indagación en la obra de poetas estéticamente cercanos: el primer Martínez Sarrión, Jenaro Taléns, César Simón o Miguel Casado. O a la polémica sobre la evolución de la poesía española a partir de los años ochenta. La base estructuralista de las reflexiones de Méndez Rubio, aplicada a un discurso lírico que aspira a convertirse en discurso político-poético radical, presenta un riesgo no desdeñable: mostrar una gran densidad significativa en lo poético y una dudosa virtualidad como factor del cambio social y político. Es decir: en convertirse en una construcción idealista, alejada de las insatisfacciones cotidianas y de las trampas del presente, lleno de amenazas, que la voz del poeta pretende conjurar. Una clara apuesta por la vigencia de las vanguardias: eso sí, con un enfoque crítico, testimonial, que se proyecta, ante todo, en el lado oscuro del lenguaje. Y de la realidad.

Antonio Méndez Rubio. Por más señas. DVD. Barcelona, 2005. 77 páginas. 9 euros. Poesía sin mundo. Editora Regional de Extremadura. Mérida, 2004. 279 páginas. 11 euros.