Ocaso de un mecenas de ópera
La justicia de Estados Unidos arresta por fraude al filántropo Alberto Vilar
"La ópera es mi pasión. La tecnología, mi profesión". Estas dos frases han sido durante años la carta de presentación del filántropo estadounidense de origen cubano Alberto Vilar (Nueva Jersey, 1940), fundador en 1980 de la firma de gestión de fondos de inversión en empresas tecnológicas Amerindo Investment Advisors y el más importante mecenas del mundo de la ópera de los últimos tiempos. Sus problemas económicos desde el estallido de la burbuja tecnológica en la primavera de 2000 le han llevado a incumplir sus promesas de patrocinio, entre otros, con el Liceo de Barcelona por un importe de 2,4 millones de euros. El 26 de mayo, Vilar, cuya fortuna, según la última estimación de la revista Forbes, es de 950 millones de dólares (776 millones de euros), fue arrestado junto a su socio Gary Tanaka en el aeropuerto Newark Liberty, de Nueva York, acusado del uso fraudulento de cinco millones de dólares de un cliente de su sociedad de inversiones. El pasado viernes, un magistrado de un juzgado de Manhattan ordenó su ingreso en prisión y hoy se celebrará la vista en la que el juez deberá decidir si le deja en libertad bajo fianza de 10 millones de dólares, cantidad que su abogado afirma que no tiene. El fiscal del caso asegura que los cargos presentados contra Vilar y Tanaka son sólo la punta del iceberg.
En 2002 prometió 2,4 millones de euros al Liceo, de los que el teatro no ha visto ni un céntimo
Hijo de uno de los mayores industriales azucareros de Cuba arruinado tras la entrada de Fidel Castro en La Habana, Vilar, que nació en Estados Unidos durante un viaje de sus padres a ese país, aprendió a amar la música clásica de la mano de su abuela y a los 18 años ya se sabía de memoria numerosas partituras y se había convertido en un experto en ópera rusa. Pero la negativa de su padre a que aprendiera música le llevó al mundo de los negocios y en 1981 dio el salto a Wall Street y tardó poco en amasar una fortuna de millones de dólares.
Generosísimo con sus donaciones a teatros de ópera -Metropolitan de Nueva York, Kennedy Center de Washington, Covent Garden de Londres, Scala de Milán, ópera y el ballet del Mariinski de San Petersburgo- y festivales de música -Salzburgo, Bayreuth, Glyndebourne y Baden-Baden- y con los valores tecnológicos a la baja -se estima que los activos que gestiona su firma han pasado de 8.000 millones de dólares en marzo de 2000 a 1.500 en la actualidad-, hace dos años el mecenas empezó incumplir sus generosas promesas de dádivas, que él cifra en más de 225 millones de dólares. Problemas que han afectado al Liceo de Barcelona, con el que en febrero de 2002 firmó un contrato de patrocinio por el que se comprometió a financiar los 2,4 millones de euros que ha costado la instalación de un sistema de subtitulación personalizada que funciona desde hace tres temporadas y del que el coliseo lírico de Barcelona no ha visto ni un céntimo.
Vilar financió el coste de un sistema de subtitulación similar en el Metropolitan de Nueva York, el Covent Garden y la Ópera de Viena. Desde que el sistema entró en funcionamiento en el Liceo, el teatro ha publicitado la generosidad de Alberto Vilar en sus programas de mano, en que el filántropo ahora arrestado anima a los empresarios y ciudadanos a ser generosos con el coliseo lírico. La página con el mensaje desaparecerá de los programas de mano a partir del 20 de junio, coincidiendo con el estreno de la ópera de Rossini La gazzetta, con dirección de escena del premio Nobel Dario Fo. La directora general del Liceo, Rosa Cullell, ha tomado la decisión después de que ni las reclamaciones de Caminal ni las suyas para obtener el dinero prometido hayan surtido efecto.
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