Robredo se queda a medias
El jugador español cae frente a Davydenko, que disputará la semifinal contra el argentino Puerta
Algo extraño le pasó a Tommy Robredo a partir del segundo set en uno de los partidos más importantes de su vida. Se enfrentaba al ruso Nicolay Davidenko, 12º mundial, en la pista central de Roland Garros y luchaba para conseguir su pase a las que habrían sido las primeras semifinales de su vida en un torneo del Grand Slam. Acababa de ganar la primera manga por 6-3 y daba la sensación de tener el partido encarrilado. Sin embargo, su juego se resquebrajó por completo. Perdió el ritmo del partido y acabó derrotado por 3-6, 6-1, 6-2, 4-6, 6-4 en 3 horas y 18 minutos, tras forzar la quinta manga y salvar tres bolas de partido con 5-3 en contra.
"El problema", confesó luego el jugador de Hostalric que reside en Olot, "es que llegué corto de preparación física a París y, tras el duro partido contra el ruso Marat Safin, hoy lo he pagado". A lo largo de toda la temporada, Robredo estuvo más pendiente de su hombro que de cualquier otro aspecto físico. "Lo único que me estaba planteando con mi entrenador
Al tenista gerundense le faltó convicción mental y fuerza física en la manga decisiva
era llegar a jugar sin dolor", agregó el tenista español. "Y a partir del Godó parece que lo estoy consiguiendo. Pero luego no había ya tiempo para realizar una buena preparación física".
El hombro derecho hizo saltar casi las lágrimas a Robredo en el Open de Australia, cuando perdió en la tercera ronda contra el chipriota Marcos Baghdatis, en un encuentro que nunca hubiera cedido. En tierras australianas aseguró que no volvería a una pista hasta que el problema estuviera resuelto. Y le pareció que lo había conseguido cuando se fue a Dubai. Jugó el torneo de Indian Wells en marzo y en Miami decidió retirarse tras superar la primera ronda. Estuvo un mes parado. Y regresó al circuito en Barcelona, a mediados de abril.
"A partir de ahí comencé a sentirme bien. Jugué la final del torneo de Estoril, los octavos en Hamburgo y llegué a París satisfecho en este sentido", comentó Robredo. Resolvió sin grandes problemas sus tres primeros partidos y sufrió en el cuarto, cuando se enfrentó al ruso Marat Safin. Fue un partido a cinco mangas, que concluyó con 8-6 en la última. "Obviamente fue muy duro", agregó el catalán, de 23 años. "Seguro que incidió en el partido de hoy [por ayer]. Pero insisto en que el problema es algo más profundo".
La cuestión es que Robredo, 16º jugador mundial, entró en el partido contra Davydenko sin estar al ciento por ciento físicamente. Aguantó en la primera manga, pero luego el cansancio se apoderó de él y le hizo perder la mejor oportunidad de su vida de estar en las semifinales de París. Perdió la segunda y la tercera manga ganando sólo tres juegos, y en la cuarta pareció al borde del abismo cuando el ruso le quebró el saque para colocarse 4-3 y servicio. Entonces, ni él sabe cómo, Robredo se levantó de nuevo, sacó algunos de sus mejores golpes y llevó el partido al quinto set. Pero en la manga decisiva, le faltó convicción mental y fuerza física. Tal vez hubiera podido imponerse, porque Davydenko estaba también al borde del agotamiento. Pero mientras el jugador ruso soportó la presión del momento y pensó en el día de descanso que le esperaba, Robredo se fue hundiendo en sus propias dudas.
El premio se lo llevó Davydenko el día antes de su 24º cumpleaños. "Estoy muy cansado y casi no puedo hablar", confesó este ruso que se fue a Moscú a vivir con su hermano y que ahora tiene residencia en Montecarlo. "Estoy muy contento porque estoy en mis primeras semifinales del Grand Slam y la semana que viene estaré en el top ten. Creo que es el mejor regalo de aniversario. Y mañana lo celebraré con mi hermano, que tiene 35 años, y ha venido para acompañarme". En semifinales, el ruso se enfrentará al argentino Mariano Puerta. Otro duelo de desgaste físico.
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