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LA NUEVA IMAGEN

Tecnologías de plasma, cristal, OLED o SED, pero todas planas

La distinción entre tecnología de plasma o de cristal en televisores es irrelevante porque no hay elección: a cada tamaño de televisor le corresponde una tecnología determinada. Por encima de 37 pulgadas, los televisores son de plasma, porque las pantallas LCD son más caras y con peor calidad de imagen. Por debajo de 37 pulgadas, los televisores llevan pantalla LCD, porque las de plasma serían carísimas.

El único punto de encuentro en estos momentos son los televisores de 37 pulgadas, que pueden ser de plasma o de LCD; pero se dan pocos casos porque las pantallas de plasma de 37 pulgadas, aunque son más baratas y mejores que las del mismo tamaño de LCD, cuestan casi lo mismo que las de plasma de 42 pulgadas, y el consumidor tiende al tamaño más grande.

La frontera de las 37 pulgadas será arrebatada en poco tiempo por la tecnología de plasma. Se prevé que dentro de pocos meses se vendan televisores LCD de 37 pulgadas por 2.600 euros o incluso menos. Los televisores de plasma de 42 pulgadas se están situando ahora en 2.400 euros, con tendencia a la baja. Es previsible, de este modo, que los televisores de 42, 50, 60 y 70 pulgadas sean todos de plasma y los de 15 hasta 37 pulgadas sean todos LCD. Hasta 2007 no se solaparán tecnologías.

A la hora de comparar un televisor LCD de 37 pulgadas y otro de plasma de 42 pulgadas, se tiende a valorar más la calidad de imagen mostrada en el televisor de plasma que en uno LCD. Aún así, depende del tipo de imagen: si es una fotografía, se puede ver mejor en una pantalla LCD, mientras que una imagen en movimiento queda más definida en una pantalla de plasma. Los verdes son más reales y los negros más oscuros en las pantallas de plasma actuales.

Ambas tecnologías están en constante progreso, por lo que se trata de una frontera móvil. Y otras están en camino. La principal rival de la tecnología LCD es la OLED. Samsung y Epson han mostrado hace poco tiempo prototipos de pantallas OLED de 20 pulgadas y el resultado es esperanzador, aunque los propios fabricantes reconocen que se ha de ampliar la vida útil de la pantalla hasta acercarla a las 60.000 horas de las LCD.

En las grandes pantallas, la amenaza para el plasma proviene de la tecnología SED de Toshiba y Canon, con pantallas de 50 pulgadas y cinco centímetros de espesor y calidad de imagen equivalente a la del tubo. Su introducción será a finales de año.

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