Eddie Albert, eterno actor de reparto
Más de cien películas deja a sus espaldas Eddie Albert, uno de los actores secundarios más importantes del cine estadounidense, que marcó también una época en el medio televisivo durante los años cincuenta y sesenta. Albert murió en Los Ángeles el pasado 26 de mayo, a los 99 años, a causa de una neumonía, tras casi una década aquejado de Alzheimer.
Eddie Albert nació el 22 de abril de 1906 en Rock Island, Illinois, y sintió la llamada del mundo de la farándula desde su adolescencia, tras graduarse en Arte Dramático en la Universidad de Minnesota. Pocos aficionados conocen su pasado como trapecista circense antes de asomarse por primera vez a la gran pantalla en 1938 en el filme Brother rat, dirigido por William Keighley, en el que compartía reparto con Priscilla Lane y Ronald Reagan.
Cantante y bailarín, tanto la radio como las tablas de Broadway pudieron gozar de su talento, pero fue en el cine donde encontró acomodo de manera asidua. Bajo contrato con la Warner Bros., en los tres primeros años de su carrera ya había sido dirigido por cineastas de la talla de Michael Curtiz y William Dieterle.
Albert se haría cargo de decenas de personajes que lo encasillaron un tanto en el papel, tradicional en el cine estadounidense de la época, del amigo del héroe, personajes bonachones y apacibles, de trasfondo cómico, que lograban una rápida identificación con el espectador aunque quedasen en un segundo plano.
Pero, ocasionalmente, también supo vibrar en papeles de villano, en los que sus ojos brillaban sin aparente esfuerzo emulando a los grandes malvados cinematográficos, como en el caso de su memorable oficial cobarde de Attack, de Robert Aldrich.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la carrera de Eddie Albert se detuvo, ya que colaboró activamente en el Ejército de Estados Unidos, hasta el punto que fue condecorado con la Estrella de Bronce por méritos en combate. En la década de los cincuenta conoce un periodo de esplendor: trabaja en películas de gran talla, a las que aportaba una especial prestancia. Y es que se trataba de uno de esos clásicos actores secundarios que hicieron grande a Hollywood, actores cuajados a base de tablas y esfuerzo, cuya magnética personalidad siempre impregnaba los fotogramas de sus películas.
Albert era un actor de raza, aunque siempre le perjudicase la miopía encasilladora de los productores. En el año 1954 obtuvo su primera candidatura al Oscar como actor de reparto, por su trabajo como inolvidable compañero de correrías de Gregory Peck en Vacaciones en Roma, de William Wyler. Fue una etapa en la que encadenó obras tan firmes como Mañana lloraré, junto a Susan Hayward; Oklahoma, dirigida por Fred Zinnemann; La casa de té de la luna de agosto, en compañía de un Marlon Brando maquillado con rasgos orientales, y Las raíces del cielo, a las órdenes de John Huston.
La década de los sesenta supuso nuevos triunfos: tras regresar a Broadway para suplir a Robert Preston en la obra The Music Man en 1960, llegó una auténtica explosión de popularidad entre el público norteamericano al asumir el personaje protagonista de la serie Green acres, una comedia que cautivó a los espectadores y permaneció en antena durante seis años, en la que interpretaba a un abogado neoyorquino que se traslada a vivir a un área rural junto con su esposa, a la que daba vida Eva Gabor.
Eddie Albert sería propuesto una vez más para el oscar en 1973, en la categoría de actor secundario por su trabajo en El rompecorazones, una comedia de Elaine May; no obtuvo la estatuilla, pero su trabajo sí le valió el Premio de la Asociación de Críticos estadounidenses. También logró dos candidaturas a los Globos de Oro: en 1957, por La casa de té de la luna de agosto, y en 1975, por su trabajo en El rompehuesos.
Durante toda su vida, Albert fue un activo militante ecologista, en lucha por las especies en peligro de extinción, y siempre alzando la voz a favor de la erradicación de la contaminación ambiental en la bahía de Santa Monica. Incluso produjo documentales para ayudar a decenas de campañas contra la contaminación, además de ayudar a crear el primer Día de la Tierra en el 22 de abril de 1970, su cumpleaños.-
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