Un grupo de vándalos destroza las lápidas y las cruces de 25 tumbas del cementerio de Villaverde

Un total de 25 tumbas del cementerio de Villaverde amanecieron el pasado domingo 22 de mayo completamente destrozadas. Un grupo de vándalos se encargó de tirar las cruces, de romper lápidas y de desperdigar los objetos de decoración como maceteros o crucifijos. Los familiares de los fallecidos han exigido al Ayuntamiento de Madrid que aumente la seguridad por las noches, ya que al igual que otros campos santos de la capital, carecen de vigilancia nocturna.

El cementerio de Villaverde, con tres hectáreas y unas 300 tumbas, se encuentra en la carretera que une este distrito con Carabanchel. Fuentes de la Empresa Mixta de Servicios Funerarios de Madrid (EMSFM), la compañía que gestiona los cementerios, explicaron que, cuando el vigilante acudió la mañana del domingo, se encontró con cinco personas que saltaban el muro del campo santo.

El encargado de seguridad comprobó entonces que 25 tumbas habían sido destrozadas y profanadas. Las lápidas habían sido partidas y los trozos de mármol estaban desperdigados junto a las sepulturas. Las cruces habían sido derribadas y, como consecuencia de la caída, muchas de ellas habían sido partidas. Los crucifijos habían sido arrancados, al igual que los floreros o las esculturas que adornaban algunas tumbas.

Los familiares mostraron ayer su indignación en el programa Madrid directo de Telemadrid. "El que hagan estas cosas no tiene ningún sentido. Si hubieran robado todavía lo entiendo, pero al destrozar todo no consiguen nada", explicó un afectado. También denunciaron que algunos muchachos se dedican a apedrear a los vigilantes y a las personas que van a visitar las tumbas. Algunas de éstas estaban quemadas.

Fuentes de la EMSFM señalaron que agentes de la Policía Científica efectuaron un amplio reportaje fotográfico. También sacaron huellas en el mármol para identificar a los autores. Fuentes de la Concejalía de Seguridad aseguraron que se aumentará la presencia policial y que será subida la valla perimetral del campo santo para dificultar la entrada. También negaron que se trataran de actos de profanación. "Son sólo gamberros", añadieron.