Alierta promete más compras y mantener el dividendo en Telefónica
La junta de accionistas del primer grupo español aprueba la absorción de Terra
Telefónica continuará su estrategia de expansión internacional mediante operaciones selectivas que no pongan en peligro la ambiciosa política de dividendo, que este año ha crecido un 25%. Éste fue el principal mensaje de César Alierta en la junta general de accionistas, que aprobó ayer la fusión con Terra. El acto estuvo protagonizado por las protestas de los sindicatos minoritarios AST y CGT, y la de algunos accionistas descontentos de Terra.
Alierta no ha dado por concluida la política de expansión tras la adquisición de Cesky Telecom y de las filiales de móviles de BellSouth en Latinoamérica. Habrá más compras, pero de forma selectiva, centradas en los negocios de telefonía (fija o móvil), con la condición de tener la gestión, y, sobre todo, sin poner en peligro la política de retribución al accionista. "Debemos considerar siempre todas las oportunidades que contribuyan a reforzar aún más nuestra escala y perfil de crecimiento a futuro", dijo Alierta.
La junta, con el respaldo del 58,97% del capital sobre los 1,52 millones de accionistas (150.000 menos que el años pasado), aprobó ayer el pago de un dividendo de 0,50 euros por acción, que supone un incremento del 25% respecto al pagado el año anterior, así como el reparto de acciones propias en proporción de una por cada 25 que se posean a partir del mes de junio. De este modo, y añadiendo la revalorización de la acción (19,1%), el retorno total para el accionista en 2004 se situó en el 22,5%. Telefónica se ha situado como la tercera compañía del sector a escala mundial por capitalización bursátil, sólo por detrás de la británica Vodafone y la estadounidense Verizon.
Alierta dijo que la estrategia de negocio a seguir es acelerar la penetración del acceso, fijo y móvil, en sus mercados, y llenar de servicios esos accesos, para aumentar por esa vía la demanda.
Uno de los puntos fuertes del orden del día era la aprobación de la fusión por absorción con Terra mediante un canje de dos acciones de Telefónica por cada nueve de la filial de Internet. Alierta justificó la operación en que "el cliente ya no se conforma sólo con el acceso a la Red, sino que orienta sus preferencias hacia las ofertas integradas (telefonía, Internet y televisión)". La fusión deberá ser aprobada ahora por la junta de Terra, que se celebrará el 2 de junio.
Intento de boicoteo
Un año más, la junta estuvo protagonizada por las airadas protestas de los representantes de los sindicatos minoritarios CGT y Alternativa Sindical de Trabajadores (AST), que pidieron la dimisión del presidente Alierta por la política laboral y acusaron de corrupción al consejo. Alrededor de 60 miembros de ambos sindicatos intentaron boicotear todas las intervenciones de Alierta, tanto en el discurso inicial como en el turno de ruegos y preguntas, que casi monopolizaron, ya que 19 de los 24 intervinientes correspondieron a representantes sindicales. Todos ellos criticaron la precariedad laboral y la gestión del equipo de Alierta.
Pitos, abucheos, lanzamiento de confetis e insultos amenizaron las tres horas de duración de la junta. CC OO y UGT, que poseen ocho de los 13 miembros del comité de empresa de Telefónica de España no se sumaron a las protestas.
Otra gran parte de las intervenciones se centró en las quejas de pequeños accionistas de Terra, que creen que se sienten perjudicados por la fusión y consideran muy baja la valoración de la filial. Un representante de la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) denunció la nula representación de los minoritarios en el consejo, y también pidió la dimisión de Alierta. El representante de DWS Investment, del grupo Deutsche Bank, que desveló que el grupo posee el 1,7% del capital de la compañía.
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