El observatorio astronómico de la UJA se convierte en un aula nocturna para los alumnos

Fue el griego Anaximandro el que realizó en el siglo V antes de Cristo los primeros trabajos en astronomía relacionados con el diseño del cuadrante solar y las cartas geográficas. Hoy, 26 siglos después, el hombre sigue levantando la vista para estudiar la bóveda celeste, tal y como lo hacen los alumnos de Astronomía Geodésica de la UJA, quienes los jueves por la noche cambian el aula por la terraza del observatorio astronómico de la nueva Escuela Superior Politécnica. Es aquí donde también se levanta la cúpula y el telescopio que fue adquirido por la universidad en 1996 y que desde este curso cuenta ya con una ubicación definitiva.

Josep Martí Ribas es el profesor del área de Astronomía y Astrofísica de la UJA y responsable del observatorio astronómico, que también utilizan los alumnos de 2º de Ingeniería Geodésica y Cartografía. "Aunque el plan de estudios de la UJA no recoge estudios específicos de Astronomía, estos alumnos deben conocer conceptos básicos para poder desarrollar su labor profesional en un futuro", afirma el profesor.

Sus alumnos están aprendiendo métodos de determinación astronómica de las direcciones Norte y Sur teniendo como punto de referencia a Júpiter a través de los teodolitos automáticos. Éste instrumento es el utilizado por los topógrafos para realizar todas las mediciones que determinan la posición relativa de puntos terrestres en la confección de planos y mapas.

Profesor y alumnos reconocen cómo en más de una ocasión han estado hasta la media noche observando el firmamento. "Después de pasar todo el día en la universidad, uno está un poco cansado. Pero merece la pena porque se trata de una clase muy atractiva", afirma Francisca Gámez, una de las alumnas.

Justo López, otro estudiante, considera que todas estas prácticas están superadas por el uso del Sistema de Posicionamiento Global o GPS, que "hoy día está al alcance de cualquiera, incorporado incluso en los últimos modelos de teléfonos móviles". Sin embargo, el profesor Martí matiza: "Lo prioritario de estas actividades no es conseguir la máxima precisión, sino asimilar una cultura científica de conceptos y métodos astronómicos que les será muy útil en su vida profesional. Además, detrás de un GPS hay una infinidad de cálculos astronómicos porque el sistema depende de la red de satélites que se encuentra orbitando alrededor de la Tierra", añade el profesor.

En la cúpula de observación, un ordenador orienta el telescopio después de que los alumnos hayan introducido las coordenadas necesarias para dirigirlo hacia sus diferentes objetivos. Otro dispositivo de cámara y video permite registrar las imágenes observadas. "La contaminación lumínica de la ciudad no nos permite desarrollar las actividades en las mejores condiciones", lamenta el profesor, quien destaca que la calidad del telescopio de la UJA es la necesaria para la docencia y divulgación de esta ciencia. Precisamente, hace unas semanas, el observatorio astronómico sirvió como escenario de unas jornadas que reunió a investigadores y expertos de otras universidades que abordaron cuestiones como la formación de estrellas o la posibilidad de que exista vida en otro punto del universo. "A diferencia de los pueda parecer, la Astronomía, al igual que las estrellas, está al alcance de cualquiera. Todo depende del nivel de profundidad que se busque", concluye Josep Martí.