Coches inútiles
Debido a las intensas campañas publicitarias, las ventajas del automóvil aparecen, con demasiada frecuencia, sobrevaloradas. En algunos casos, sobre todo en lo que se refiere a los escenarios urbanos, es un medio de transporte poco útil si se compara, por ejemplo, con la bicicleta, que lo aventaja en no pocos capítulos.
Una buena bicicleta viene a costar entre 30 y 40 veces menos que un automóvil de gama media, y no necesita combustible alguno ni precisa de un mantenimiento sofisticado. En distancias cortas y medias, de hasta cinco kilómetros, el tiempo empleado en un desplazamiento urbano, puerta a puerta, es menor usando una bicicleta que utilizando un coche; y hasta los 8 kilómetros de distancia la diferencia entre ambos medios de transporte es tan corta que, evaluando otras ventajas, es preferible apostar por la bicicleta.
Un automóvil que circule a 50 kilómetros por hora necesita unos 50 metros cuadrados de calzada además de unos 15 metros cuadrados de aparcamiento, lo que arroja unas necesidades de espacio que rondan los 65 metros cuadrados.
La bicicleta, por el contrario, circulando a 15 kilómetros por hora apenas requiere cinco metros cuadrados de calzada y algo menos de dos metros cuadrados de aparcamiento, por lo que sus necesidades de espacio se sitúan por debajo de los siete metros cuadrados, casi diez veces menos que el automóvil.
Por un espacio de 3,5 metros de ancho situado en un escenario urbano pueden llegar a circular, en una hora, hasta 22.000 personas usando como medio de transporte un tranvía, cifra que se reduce a 19.000 personas si se trata de peatones o 14.000 si son ciclistas. Los autobuses públicos son capaces de conducir, en idénticas condiciones, hasta 9.000 personas, mientras que los automóviles tan sólo llegan a transportar a unas 2.000 personas.
Aunque no resista la comparación con el coche, una bicicleta que cuente con los accesorios adecuados puede transportar unos ocho kilos de peso.
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