Núñez del Cuvillo: "En esta plaza se exige que el toro sea grande"

Álvaro Núñez del Cuvillo, el joven ganadero que lidia esta tarde en Madrid, ha aprendido el oficio al lado de su padre, y tiene las ideas muy claras sobre las condiciones de sus toros y el momento que atraviesa la ganadería brava. Por el momento, es consciente de la gran responsabidad que entraña estar en Las Ventas. "Este año es mucho peor", afirma, "porque han embestido muchos toros y esa circunstancia te obliga mucho más".

De todos modos, tiene una visión particular sobre el honor de figurar en los carteles isidriles: "No es un prestigio estar anunciado en Madrid", señala, "porque a esta plaza no vienen los mejores, sino los que tienen el toro con el trapío que aquí se exige, que es algo muy distinto". "Además", continúa, "es dificilísimo triunfar en esta plaza porque se le exige que el toro sea grande, se le exige mucho en todos los tercios y debe tener calidad para el torero, lo cual no se puede ver todas las tardes".

Sobre la corrida que tiene preparada para hoy dice que es seria, baja, armónica y no muy cargada de kilos. "Tanto es así", añade, "que he puesto a dieta de paja a dos toros para que bajen peso, y tres o cuatro son hijos de sementales muy contrastados, por lo que confío mucho en su juego y también en el cartel de toreros".

Tras casi 24 años como ganadero, Núñez del Cuvillo ha creado su propio encaste sobre la base de Mora-Figueroa. "Desde siempre, hemos seleccionado con mucho criterio", dice el ganadero, "y hemos conseguido un toro fino, serio, con trapío, pero no grande, y con posibilidades de embestir".

Núñez del Cuvillo considera que sus toros deben cumplir cuatro condiciones: entrega, fijeza, recorrido y que meta la cara en los engaños. "De vez en cuando surgen algunos ejemplares así, pero lo cierto es que si un toro se entrega es difícil que aguante toda la lidia". Él se muestra muy optimista sobre el futuro de la ganadería brava. "Hay más toros, más competencia y más calidad", concluye.