Los socialistas cambiarán la ley

"A la vista de que esto pudiera ser peor, hemos decidido por sentido de la responsabilidad pararnos, enfriarnos y dar sosiego". Esta es la explicación que el secretario de Organización del PSOE, Luis Pizarro, dio ayer sobre la retirada de la propuesta de nombres de su partido como miembros del Consejo Audiovisual, lo que implica que los pretendientes al órgano no comparecerán el lunes en comisión y la suspensión sin fecha de su puesta en marcha.

Los socialistas, además, proponen partir desde el principio y reformar la ley, mediante una proposición de su grupo parlamentario, para que el Consejo esté integrado por nueve personas, las previstas antes de que se llegara a un acuerdo con el PP para ampliarlo a 11. Los populares se abstuvieron, después de pactarla punto por punto con los socialistas, en la votación final de la ley por orden de su dirección y con motivo de su rechazo a las medidas del llamado impulso democrático. El PSOE, entonces, dio por roto lo apalabrado para el reparto de puestos que consistía en 6 PSOE, tres PP, uno IU y otro Partido Andalucista.

El PSOE tomó ayer la decisión de parar el reloj, que ya barajó el día anterior, en conversaciones telefónicas a cuatro bandas que mantuvieron el presidente de la Junta, Manuel Chaves, el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, el secretario de Organización, Luis Pizarro, y el portavoz socialista, Manuel Gracia. Para todos esta salida era la mejor tras el formidable embrollo, juego "no limpio", en palabras de un dirigente, en la que se ha visto envuelto el Consejo Audiovisual, un órgano encargado de velar por la pluralidad informativa y la calidad de los valores democráticos.

El Consejo Audiovisual tiene una importante carga simbólica. Fue la primera propuesta del consejo asesor de la segunda modernización que asumió públicamente Manuel Chaves a finales de la pasada legislatura y se suponía que los partidos iban a ser capaces de abandonar el criterio de cuotas en una materia de máxima sensibilidad y, como afirma, el comunicado emitido ayer por el PSOE andaluz, un termómetro de medición "de calidad de la democracia".

Chaves -que estuvo gran parte de esta semana en Israel y Palestina como presidente federal del PSOE, en una misión de la Internacional Socialista- rehusó ser él quien comunicara la decisión de su partido, y se optó por una nota del PSOE y del grupo parlamentario. Se hizo así para evitar interpretaciones de que el presidente de la Junta desautorizaba a sus más estrechos colaboradores, si bien fuentes de este partido reconocieron que "la decisión se tomó arriba".

En el PSOE, la inclusión del dirigente crítico del PA en la lista para el Consejo Audiovisual, Javier Aroca, no gustó a todo el mundo y algunos lo vieron como un gesto político muy testicular y una intromisión en la vida interna de otro partido. Los socialistas argumentan que lo incluyeron por indicaciones de miembros andalucistas.

El propio presidente, según varias fuentes, estaba tremendamente incómodo con la situación, toda vez que él mismo se había empeñado en que el Audiovisual no fuera una reedición del actual Consejo de Administración de RTVA, cuya mayoría de miembros responde a un intachable perfil partidario. De hecho, se rechazaron nombres como el del comunista Felipe Alcaraz o el de la socialista Aurora Atoche, mientras que el PP, pretendió inicialmente presentar a Amalia Gómez, oferta que la ex mano derecha de Javier Arenas rechazó.

Los socialistas trasladaron ayer a los nueve miembros que iban en su lista que no acudan el próximo lunes al Parlamento para someterse al examen de idoneidad en comisión, aunque la retirada de la propuesta no se hará oficialmente hasta primeras horas de mañana. Manuel Gracia ya se la comunicó ayer telefónicamente a los portavoces de PP, IU y PA. Algunos de los candidatos saludaron con alivio la decisión a la vista de la cantidad de torpedos políticos que se estaban lanzando sobre la línea de flotación del Audiovisual, en el convencimiento de que, señaló una fuente, "no hay nada peor que un mal consejo".

En la decisión del PSOE hay implícita una cierta autocrítica por cómo se ha desarrollado el proceso, como se deduce de estas palabras de Luis Pizarro: "Hay que aceptar que no ha sido posible el consenso y no se puede negar la realidad". Este dirigente asegura que su partido ha jugado "sin trampas, pero los demás no están en condiciones de llegar a acuerdos con el PSOE por problemas internos".