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Reportaje:

Del pique infantil a la lucha por el título

El duelo Raikkonen-Alonso, que ya chocaron pilotando 'karts', capitaliza el Mundial de F-1

Robert Álvarez

Si hay alguien que muerde durante este mes de mayo y que comparece en el circuito alemán de Nürburgring sacando pecho, ése es Kimi Raikkonen. El casco con el número 9 y la inscripción Iceman [el hombre de hielo] lleva dos carreras consecutivas en que sólo puede ser visto por sus rivales desde atrás. Está encantado de la vida el finlandés, nacido hace 25 años en Espoo y con residencia en Suiza. Por fin puede desafiar con todas las de la ley a su rival de casi siempre, Fernando Alonso, y estar a la altura de lo mucho que prometía. Y ser digno también de las expectativas que han depositado en él figuras de tanto peso en la fórmula 1 como Jean Todt. El patrón de la escudería Ferrari no utilizó en vano el nombre de Kimi para bajarle los humos a Alonso. Designó al finlandés como potencial sucesor de Michael Schumacher y futurible piloto de la escudería Ferrari. Una apreciación que no le hizo ninguna gracia al asturiano, que se ha pasado media vida batallando precisamente con Raikkonen.

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Alonso tiene 23 años, dos menos que Kimi, pero sus carreras han sido paralelas desde que eran unos mocosos. Sus padres, José Luis y Matti, les introdujeron en el mundo de los karts y desde que empezaron sus carreras se fraguó una rivalidad que ahora llega a su máximo punto de ebullición en las lomas tapizadas por el fulgor verde y amarillo primaveral de Nürburgring, a dos pasos de Bonn. Después de cinco años en la fórmula 1 libran la batalla por un título al que todavía no renuncia el campeón, Michael Schumacher. La rivalidad de ambos pretendientes es vieja. Hace ya siete años que libraron su primera batalla. Fue en 1998, en la Copa del Mundo de karting. Entonces, Kimi ganó la primera manga de la prueba que se disputó en Mónaco. Alonso trató de adelantar al finlandés en la segunda manga, pero en el fragor de la batalla sus karts colisionaron y Alonso, que había sido campeón mundial júnior dos años antes, tuvo que abandonar.

Raikkonen gozó de muchas más facilidades que Alonso para acceder a la fórmula 1 y para acomodarse en un equipo puntero. De hecho, el pase a la categoría reina del finlandés fue polémico porque brilló en la fórmula Renault pero no pasó, como era poco menos que preceptivo, por la fórmula 3.000. En esa exigente categoría se forjó Alonso. Raikkonen se salió con la suya, obtuvo la superlicencia y disputó su primera temporada en la F-1 en 2001 al volante de un Sauber, mientras que Alonso lo hacía a los mandos del farolillo rojo de los coches, un Minardi. Un año después el finlandés fichó ya por un equipo de élite, McLaren, mientras que el español se resignaba a proseguir su aprendizaje como piloto de pruebas de Renault. Los dos obtuvieron su primera victoria en 2003 -Alonso en Hungría y Raikkonen en Malaisia-, en una temporada en la que el finlandés ya pugnó por el título con Schumacher.

Esta temporada, el magnífico inicio de Alonso le ha situado en el punto de mira. Sin embargo, Raikkonen se ha disparado desde que logró la pole-position en San Marino. Tuvo que abandonar aquella carrera cuando iba líder pero ya dejó entrever que por fin había dado con la tecla necesaria para obtener el máximo rendimiento a un coche del potencial de McLaren, pero con el que no había ganado para disgustos durante 2004. Alonso y Raikkonen, con la ostensible ventaja de 22 puntos para el asturiano en la clasificación general, han pasado a ser la referencia del Mundial en una batalla que se adivina apasionante. "El coche es rápido y fiable. Mi objetivo es ganar el Mundial desde hace tiempo. Pero no contaba con las condiciones necesarias. Ahora, en cambio, dispongo de todos los medios para lograrlo", dice, más optimista que nunca, Raikkonen, que persigue su tercera victoria consecutiva, algo que McLaren no logra desde que en 1998 el también finlandés Mika Hakkinen se anotara los triunfos en San Marino, España y Mónaco, camino de su primer título mundial.

Alonso, pese a que viene de disputar el único gran premio en el que no ha logrado subir al podio (el disputado en Montecarlo), es el único piloto que ha conseguido puntuar en todas las carreras disputadas en 2005. Y corrobora: "Kimi es el enemigo más fuerte, pero vamos a tener sorpresas en cada carrera y nosotros lo que esperamos es volver cuanto antes a la senda de la victoria". La primera ocasión, mañana, en Nürburgring.

Hoy, por vez primera este año, se decidirá la parrilla de salida en un único entrenamiento, a una sola vuelta lanzada, y Alonso espera que Renault haya encontrado por fin "el equilibrio perfecto", cosa que ayer, después de los ensayos libres -acabó octavo mientras el finlandés era quinto- todavía no logró por un problema de agarre de los neumáticos. Y, para aspirar al podio, sentenció: "Hay que salir entre los cuatro o cinco primeros".

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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