Barcelona, la ciudad de la 'y'

Un matrimonio a tres bandas. Joan Clos, alcalde de Barcelona, Jordi Portabella (ERC) e Imma Mayol (IC) se presentaron ayer juntos, al alimón, para presentar el balance del ecuador del mandato municipal. La última comparecencia conjunta del tripartito municipal fue hace algo más de un año, cuando presentaron el Plan de Actuación Municipal. Desde entonces han pasado muchas cosas -un Fórum que no respondió a las expectativas, la crisis del Carmel- que han abierto distancias mal disimuladas entre los tres socios. Ayer se quiso dar una imagen de cohesión y unidad. Una "pose", según la oposición de CiU y el PP, que quiere decir todo lo contrario.

El diagnóstico fue más o menos conjunto: el ritmo que lleva la ciudad es bueno -sostienen que se han ejecutado el 32% de las actuaciones previstas, que el 42% están en curso y que restan el 26%-, pero hay que poner el acento en las políticas sociales y en la proximidad al ciudadano. El tono fue más bien de satisfacción con un acento más autocrítico, por ejemplo, por parte de Imma Mayol: "La crisis del Carmel ha provocado desconfianza en la ciudadanía y eso hay que corregirlo". Clos reconoció que han cometido errores: "Procuraremos aprender de nuestras faltas y corregir lo que va mal". Los tres coincidieron en otra observación: con idéntico tripartito al otro lado de la plaza de Sant Jaume se gobierna mejor: "Además de que se cierran cosas importantes, tienes la sensación de que puedes llegar a acuerdos negociando. No tienes el frontón de antes [en referencia al Gobierno de CiU]", argumentó Portabella.

También sostuvieron otra idea: uno de los problemas de la ciudad es su propia virtud: atrae turismo (10 millones de pernoctaciones en un año) y genera actividad económica (la tasa de paro es del 6%, aunque el empleo de los jóvenes es precario). Es una ciudad compleja. De mezcla. Mayol la llamó la ciudad de la y, no de la o, "porque en la ciudad se trabaja y se vive y se estudia y se disfruta. No es la ciudad de la o. O vives, o trabajas".