El origen del comercio alicantino
Hallado un pecio romano a media milla de la costa de La Albufereta alicantina que se fue a pique hace casi 2000 años
El origen del comercio alicantino se ha encontrado en el fondo del mar, muy cerca de la costa. La historia se contó ayer en el Ayuntamiento de Alicante más o menos así: un pecio se fue a pique vencido por un temporal a media milla de la costa, cuando intentaba alcanzar el abrigo costero de La Albufereta, el antaño puerto de Lucentum, para cumplir su porte de desestibar un cargamento de aceite, salazones y cobre procedente de la Bética.
Debía correr la década de los ochenta de la era cristiana, al final del primer siglo después de Cristo, cuando el pecio romano zozobró y se hundió al lado de la costa, tan cerca de ésta que sus restos pueden alcanzarse aún hoy, con una inmersión a pulmón.
A menos de seis metros de profundidad y con la suave temperatura del agua costera alicantina las excavaciones arqueológicas submarinas resultan hasta agradecidas. Los buceadores del Centre d'Arqueologia Subaquàtica de la Comunitat Valenciana, con base en Burriana (Castellón), y los grupos de buceo de los Bomberos y la Policía Local de Alicante trabajan desde 2003 en el afloramiento del naufragio. Las coordenadas exactas del yacimiento se mantienen en secreto, aunque cualquier navegante que ponga el rumbo 60 desde el puerto alicanatino surcará las aguas donde se encuentra el pecio. Con bastante celo se guarda el lugar exacto donde desde 2003 se zambullen un puñado de especialistas para excavar el yacimiento, extraer las piezas y, en definitiva, recomponer el buque y analizar el origen del comercio alicantino.
A la cronología del naufragio se unió ayer otra historia: el arqueólogo municipal, Pablo Rosser, aprovechó la puesta en largo de la actuación arqueológica, difundida por el edil de Cultura, Pedro Romero, el presidente del puerto, Mario Flores, el director general de Puertos del Estado, Julián Magandos, y él mismo, para, sutilmente, reclamar más dinero con el que concluir la investigación. Y en arqueología, concluir una investigación significa documentarla y publicarla.
De momento, las inmersiones y el resto de acciones han consumido 24.000 euros. Sólo se ha extraído parte del mercante romano, que portaba varias decenas de ánforas de aceite y 11 lingotes de cobre, con un peso de 70 kilogramos. Pero queda una tarea ingente: aflorar el maderamen del navío. Según el arqueólogo Pablo Rosser, se trata del pecio hallado en la Comunidad Valenciana "en mejor estado de conservación". El experto confió en que su estudio de forma detallada permita descubrir nuevos datos sobre la vida en Lucentum hace 2000 años. Además, comentó que una de las novedades más sobresalientes es la posibilidad de que el pecio pueda tener unas dimensiones cuatro veces superiores a las estimadas inicialmente.
Los trabajos, financiados por Puertos del Estado, han permitido la recuperación de instrumental de la época: una bomba de achique de madera, cuerdas, redes...., todo lo cual está previsto que sea expuesto en un futuro próximo en un lugar relacionado con el puerto que el concejal de Cultura no especificó. El director general de Puertos destacó que es ilusionante recuperar una parte de la historia. "20 siglos después el transporte marítimo sigue acaparando el 85 % de las importaciones y el 55% de las exportaciones nacionales", comentó.
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