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Signos

García Argüez apela a la rebeldía en sus últimos versos

Miguel Ángel García Argüez (La Línea, 1969) pertence a esa estirpe de poetas marcados por el inconformismo, quienes confían en el poder de la palabra para subvertir la realidad o al menos hacerla más habitable. El título de su último poemario, Cambio de agujas (Libros de Bolsillo de la Diputación de Cádiz) tiene así una doble lectura. De un lado, una suerte de ruptura con la línea de sus libros anteriores, Ecce Woman y La Venus del Gran Poder. "He querido romper con la temática amorosa de los otros. Éste es un libro que llevaba mucho tiempo cociéndose, y después de hacer la ruta del bakalao de los concursos ha terminado encontrando su sitio en esta colección", afirma el autor.

Pero este Cambio de agujas también apunta la necesidad de un cambio en la situación actual, y la idoneidad de la poesía para señalar por dónde empezar. "El libro no tiene una unidad temática, aunque la postura ante la vida y las cosas es la misma", asegura García Argüez. "Yo no la llamaría poesía social, que es una etiqueta peligrosa y reduccionista, sólo útil para los filólogos. Cambio de agujas quiere tomar partido para hacer un análisis crítico de la vida falsificada que nos venden como verdadera, con ideas como dinero, futuro, trabajo, democracia... La verdad es que se trata de un poemario bastante contestatario, ácrata, aunque ese término también esté bastante devaluado", añade.

"Neurosis y mentira"

El libro se estructura en dos partes: Visión de la máquina, "un intento de desenmascarar falsedades a través del lenguaje" según comenta el autor, y Cambio de agujas, "una propuesta más exhortativa para cambiar no el mundo en abstracto, sino aspectos de la vida cotidiana que ha terminado convirtiéndose en un cofre de neurosis, infelicidad y mentira". La pregunta que subyace en estos versos es clara para García Argüez: "¿Para qué sirve la poesía si no es una herramienta para cuestionar y llegar allí donde el lenguaje cotidiano no alcanza?".

Para el autor, Cambio de agujas es también resultado de un proceso colectivo, el fruto de un movimiento gestado en Andalucía que cada vez goza de más adeptos. Miguel Ángel García Argüez subraya que su libro ha visto la luz de manera casi simultánea a los de otros compañeros como el sevillano José María Gómez Valera y La travesía encendida, el granadino Luis Melgarejo y sus Poemas del bloqueo o los también hispalenses Pedro del Pozo, con Todas las puertas abiertas, y Juan Manuel Romero con Casa quemada. "Son unos maestros", afirma García Argüez, "todos estamos celebrando colectivamente estos lanzamientos con la misma alegría que nuestros propios títulos".

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