Empate de poca monta
Para la trascendencia del choque, el ambiente fue decepcionante. Nada que ver con el bullicio de la jornada anterior, cuando los aficionados del Barcelona caldearon el feudo granota, lleno por primera vez en su historia. En el mismo escenario, el Levante y el Valencia se jugaban su futuro. Dos equipos de la misma ciudad, frente a frente, ambos en el alambre... Suficientes alicientes para movilizar a las hinchadas. Pues no: el derby apenas respondió. Y eso que ambos conjuntos se jugaban mucho.
La afición del Levante despertó cuando Ettien fue objeto de un posible penalti en el minuto 13. Eclipsada por los cánticos valencianistas, la hinchada granota sólo saltó cada vez que discrepaba con las decisiones arbitrales. En medio de su escasa fogosidad, el grupo liderado por la peña Yomus celebraba los goles del Mallorca, que se impuso en Riazor; cargaba contra la peña rival Força Llevant, de ideología izquierdista, y hurgaba en la herida local con cánticos de "¡A Segunda!".
El club levantinista no reflejó en el marcador del estadio los goles del cuadro balear, disparado hacia la permanencia. Todo lo contrario que el Levante, que, tras nueve jornadas sin ganar (desde la jornada 28, cuando se impuso 4-0 a Osasuna), tiene un pie en Segunda.
Tras el empate, el Levante está por primera vez en puestos de descenso, por detrás del Mallorca, que le supera en un punto a falta de recibir al Betis. El Levante visita al Villarreal. El Valencia, mientras, sólo puede ser sexto, si gana a Osasuna y el Espanyol pierde en Montjuïc contra el Athletic. También alcanzaría la Copa de la UEFA si el Betis gana la Copa del Rey y acaba quinto o sexto.
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