Adrián Ferreño recorre al óleo la parte vasca del Camino de Santiago

De San Sebastián a Bilbao en mes y medio. Ese ha sido el primer tramo recorrido por el pintor vasco Adrián Ferreño (aunque nacido en Cáceres, llegó a Euskadi con cuatro años) de la variante norte del Camino de Santiago, una ruta que piensa continuar en próximas expediciones hasta llegar a Santiago de Compostela.

Su particular peregrinaje, a un ritmo que nada tiene que ver con el caminar de los simples peregrinos, está reflejado en 22 obras que presenta en la galería Ederti de Bilbao (Alameda de Recalde, 37) hasta el 30 de junio. Las piezas, al óleo y fotografías, se caracterizan por estar realizadas en un peculiar formato, de unos 30 centímetros de alto por un metro, dos y hasta tres de largo. Además, Ferreño, los ha colgado en orden cronológico en las paredes de la galería para ofrecer así "la sensación de recorrido". "Están bastante pegaditos el uno al otro; hacen un continuo, un camino", comenta Ferreño. "La exposición es una secuencia, hay un orden, según los he ido pintando; por eso están hechos a medida", indica.

Entre las piezas que muestra, hay un objeto, la tapa de un bote de pintura, que el artista encontró en el trayecto y en la que ha trabajado encima. "Se ve lo que ponía en la tapa: cobertura total, una sola mano basta. Y encima, he pintado un paisaje", explica. Los objetos siempre han sido interesantes para este pintor y reconoce que le habría gustado haber incluido más de su camino, "pero el peso me ha obligado a precindir de ellos".

De este Camino de Santiago poco conocido, y apenas concurrido en estas fechas, Ferreño resalta la belleza del tramo guipuzcoano, "ya que discurre parejo al mar". Su peregrinar solitario se refleja en la soledad de los paisajes que ha pintado. Ni un alma recorre sus cuadros. Tan sólo el mar, la piedra, el monte, el camino.