Altadis pone filtros en sus resultados
Puros y logística palían una persistente caída en la venta de cigarrillos en los mercados europeos
Detener la persistente caída en la venta de cigarrillos, que es su negocio principal (supone más del 50% de su facturación y de su resultado operativo), llevar adelante una profunda reestructuración industrial y de plantilla anunciada y que aún está en mantillas en España, y completar la digestión e integración de las últimas tabaqueras y empresas logísticas adquiridas, son algunas de las tareas heredadas por Antonio Vázquez, que ha relevado esta semana a Pablo Isla, en la copresidencia del Grupo Altadis y en la presidencia de Logista.
Cada vez va a ser más difícil para grupos medianos como Altadis pilotar su expansión y no sucumbir engullido por una de las grandes tabaqueras
Altadis vuelve a perder terreno en cigarrillos y las perspectivas para recuperarlo en los próximos meses, con incrementos impositivos sobre el tabaco y nuevas medidas restrictivas a su consumo previstas en buena parte de los países europeos, son cuando menos inciertas. Tras unos resultados por debajo de lo esperado por los analistas en el pasado ejercicio, los del primer trimestre de 2005, incremento del 9,7% en el conjunto de su facturación y del 6,1% en el resultado operativo bruto (Ebitda), tampoco les han convencido.
"Han sido un poco flojos, tanto en beneficio neto como en Ebitda", ha señalado a Reuters Jordi Padilla, director de renta variable de Atlas Capital. Un informe de Renta 4, por su parte, hace hincapié en el incremento, muy inferior al esperado por el consenso del mercado (6% frente a un 8%-10%), de su resultado bruto operativo. "La desviación negativa se produce en el negocio de cigarrillos", señala este informe, "con una caída en ventas del 1,5% y del 8,6% en Ebitda (el margen del resultado operativo se deteriora), acusando la caída en volúmenes en los mercados español, francés, italiano o alemán", y con "una base de comparación no homogénea en lo que respecta a inventarios (en el primer trimestre de 2004 hay una sobrevaloración de las ventas en cigarrillos, debido a que los inventarios del negocio de logística se encontraban por encima de los niveles estándar)".
Altadis, sin embargo, sostiene que los resultados del primer trimestre suponen una mejora notable a la que han contribuido sus recientes adquisiciones en Rusia (la tabaquera Balkan Star) e Italia (la distribuidora Etinera) y también la "excelente" evolución del negocio de cigarros. Reconoce que la caída en algunos mercados de cigarrillos de alta rentabilidad ha afectado "temporalmente" a esta área de negocio; pero agrega a renglón seguido que espera que las ventas económicas del primer trimestre se hallen por debajo de la media del año.
La progresión en sus otras actividades, cigarros y logística, donde ha tenido crecimientos en sus ventas en el primer trimestre del 3,2% y del 36,3% respectivamente, y la sucesión de compras de empresas y de reestructuraciones industriales y de plantilla que ha realizado en los últimos años, no son bazas suficientes para despejar dudas entre analistas e inversores sobre su viabilidad futura como grupo independiente.
Estrategia de libro
Altadis, bajo los mandatos como copresidentes de César Alierta y Pablo Isla, ha tenido un comportamiento estratégico de libro, según los analistas. "El negocio del tabaco es un gran generador de flujo de caja, debido a los altos márgenes con los que operan las compañías y las escasas necesidades de inversión que exige su actividad. Por ello, las tabaqueras suelen tener una rentabilidad por dividendo superior a la media, como en el caso de Altadis. Por el contrario, el del tabaco no es un negocio de crecimiento. Al menos en los mercados más maduros. Las compañías del sector buscan oportunidades de compra donde su presencia es escasa o nula, la legislación antitabaco es laxa y la tasa de penetración del tabaco baja", señalan en un reciente informe los analistas de Infomercados.
El problema son las oportunidades perdidas. Las mejores piezas para adquirir tamaño y diversificar actividades y mercados, en su sector y en el mundo desarrollado en los últimos años, como la alemana Reemtsma, Austria Tabak y Ente Tabacchi Italiani, han caído en las redes de los grandes de su negocio (British American Tobacco, Philip Morris, Japan Tobacco e Imperial Tobacco). Altadis, una compañía mediana, ha tenido que conformarse con la adquisición de tabaqueras de menor fuste como la marroquí o la rusa. Y aun en este segundo caladero de empresas y mercados tabaqueros menos desarrollados cada vez escasean más las oportunidades y es más difícil hacerse con ellas por la competencia de las grandes del sector. Buena prueba de ello es la adquisición por Philip Morris, esta misma semana, de la segunda compañía de tabaco de Indonesia, Sempoerna, por 4.103 millones de euros. La multinacional propietaria de la marca Marlboro entra de esta forma en el quinto mercado de cigarrillos del mundo e incrementa su cuota en este mercado mundial al 15%.
La consolidación del sector, las fusiones y adquisiciones, prosigue y cada vez va a ser más difícil para grupos medianos como Altadis pilotar su propia expansión y no sucumbir engullida por una de las grandes. Cuenta sin embargo con uno de los activos más preciados del negocio tabaquero, su división de cigarros, que tras su entrada en la cubana Corporación Habanos, SA, y en otras compañías fabricantes y distribuidoras de puros, le ha dado el liderazgo mundial en este segmento del mercado de elevado valor añadido. Algunos analistas no descartan que en un futuro pueda segregarse esta división del negocio de cigarrillos si finalmente Altadis acaba integrando su actividad en cigarrillos en el perímetro de alguna de las grandes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.