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Reportaje:

La FAES, Fort Apache de Aznar

Jesús Rodríguez

Estamos en guerra", profirió el 1 de noviembre de 2004 José María Aznar durante una conferencia en Jerusalén. "Las sociedades libres necesitan hoy líderes fuertes, capaces de enfrentarse al terror. Líderes que comprendan la verdadera naturaleza del terrorismo y que sean capaces de hacer ver a sus ciudadanos la naturaleza letal del terror para la democracia y la libertad. Líderes que ofrezcan un claro sentido de la determinación, que transformen el miedo en acción y el sentimiento de derrota en una fe inquebrantable en la victoria". Ese es su pensamiento político. Aznar se tiene por protagonista de una guerra en la que, según sus palabras, "el apaciguamiento no es viable"; una figura como Churchill, Thatcher o Reagan, sus modelos históricos: gigantes que se enfrentaron a los totalitarismos. Cuestionados y ridiculizados, pero que triunfaron. Ese autoproclamado paralelismo se refleja en sus intervenciones. Aznar se siente atacado e incomprendido. Pero firme. Y rodeado de incondicionales en su centro de mando: la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).

El ex presidente se considera protagonista de una guerra en la que, según sus propias palabras, "no es viable el apaciguamiento"
No todo el partido está de acuerdo con la actividad propagandística de la FAES. Hay quien opina que el vídeo sobre el 14-M puede robar votos de centro
"¿Quién tiene que hacer oposición, Aznar o Rajoy? Espero que los equipos de los dos no les lleven al choque de trenes", dice un dirigente de la primera FAES
La estructura de la fundación, con plantilla de 46 personas y seis millones de presupuesto, está bajo el control férreo de Fernández-Lasquetty

En realidad, la FAES no iba a ser el Fort Apache en que se ha convertido en este último año. Ese no fue el diseño que hicieron en 1999 los estrategas de su gabinete del palacio de la Moncloa (al mando de Carlos Aragonés) para encauzar su retirada de la política activa. FAES iba a ser algo institucional. Creado a la sombra del poder. Ideado para funcionar a la sombra del poder. El primer paso fue fusionar cinco de las seis fundaciones de las que disponía el Partido Popular para poner a disposición de Aznar un laboratorio de ideas con un tamaño y presupuesto dignos. Y, de paso, dotar al nuevo ente de un pensamiento único: el etéreo centro reformista. Nada de familias políticas, que a Aznar siempre le han sacado de quicio. "La operación de fusión no se puede entender sin recordar que la autoridad de Aznar era tan fuerte en el partido que se sobreponía a cualquier resistencia", recuerda un diputado que participó en aquella operación. La nueva fundación llegaba al mundo el 1 de enero de 2003 y era bautizada con el mismo nombre con el que los aznaristas votaron en 1989 el primer "laboratorio del presi": FAES. Fusión por absorción.

Según los esquemas de sus príncipes de las tinieblas, FAES iba a ser la plataforma para que el ex presidente del Gobierno disfrutara de influencia pública y orientara su carrera exterior. Siempre con la convicción de que el Partido Popular iba a ganar las elecciones generales de 2004. Y que desde el mismo día de la victoria, el papel de la FAES iba a ser eclipsado por la maquinaria del Estado trabajando para el nuevo Gobierno. Y la impronta del presidente de FAES, borrada del día a día de la política doméstica por el nuevo jefe del Ejecutivo: Mariano Rajoy. Y que el equipo personal de Aznar se iba a convertir automáticamente en el equipo del presidente Rajoy. Y Aznar a lo suyo. A sus conferencias y sus libros. A ganar dinero. Todo atado y bien atado.

Pero lo que nadie había previsto era el fracaso electoral. Para un viejo diputado y veterano colaborador de la fundación: "No habíamos visualizado ni la derrota, ni las consecuencias de la derrota: el antiaznarismo y la machacona reivindicación que iba a hacer José María Aznar de su labor política. La derrota fue inesperada, sobrevenida. Nuestro diseño del futuro de Aznar era perfecto pero, al perder el 14-M, se modifica. Y quedan cosas pendientes. Aznar siempre le prestó atención a la FAES, pero si hubiéramos ganado, estaría menos metido en faena. Su presidencia hubiera sido honorífica, no algo tan peleón como está resultando. Pero con esta nueva situación... habrá que cruzar los dedos y apostar por el equilibrio entre la fundación y el partido. Y ver qué pasa. Aún estamos en la era Aznar".

Una institución opaca

No es fácil penetrar en FAES. Siempre ha sido una institución opaca. Basada en la confidencialidad de sus análisis con un solo destinatario: Aznar. Cuando EL PAÍS le pidió al número dos de la fundación, Javier Fernández-Lasquetty, que le abriera las puertas para realizar un reportaje, éste pidió unos días para meditarlo. Pasaron dos semanas. En ese tiempo, este periodista trasladó en persona al presidente de FAES, José María Aznar, la misma petición. Aznar prometió pensárselo, "porque los únicos que le podemos hablar de FAES somos nosotros". Había esperanzas. Duraron poco. La respuesta de Fernández-Lasquetty fue una negativa: "No me pide el cuerpo facilitarle su trabajo cuando aún estamos esperando que su diario se retracte de las cosas que ha dicho sobre el presidente de esta fundación. Así que envíenos un cuestionario". El último intento del periodista fue volver a la carga con Aznar. El ex presidente del Gobierno respondió con tono agrio: "Yo, lo que diga Lasquetty. Y si le ha dicho que no, ya tiene mi respuesta. Que le vaya bien".

Este reportaje está, por tanto, construido sin haber mantenido entrevistas con los miembros del equipo de FAES. La fundación contestó someramente un cuestionario de 50 preguntas. Pero siete patronos de la fundación se avinieron a hablar, y varios miembros de las anteriores directivas y consejos asesores de la FAES, y varios diputados del PP. La mayoría, de forma confidencial. Todos criticaron la cerrazón informativa de la fundación: "Con esa actitud no vamos a ningún lado".

Dentro de ese escenario de catástrofe electoral aún no digerida, con los despachos de la calle de Génova, la sede nacional del PP en Madrid, abarrotados de altos cargos en paro, la fundación aznarista ha alcanzado un protagonismo inesperado. "Más que la FAES, la figura de Aznar, porque lo que inquieta a Rajoy es Aznar. Y la FAES suena porque está Aznar. Sin él, no pasaría de ser un laboratorio de ideas neoliberal. Pero cualquier cosa que diga ahora Aznar tiene trascendencia. Y la trascendencia de las palabras de un ex presidente no es la misma si su partido está en el Gobierno que si está en la oposición", describe un diputado y ex alto cargo de FAES. "Y si encima viene con sus vídeos...".

Miguel Ángel Rodríguez, ex secretario de Estado de Comunicación en el primer Gobierno Popular y autor, por encargo de Aznar, de un vídeo titulado Tras la masacre, en que la FAES reinterpreta los sucesos del 11 al 14 de mayo de 2004, habla de la génesis del audiovisual y del estado de ánimo de su ex jefe: "Aznar lo ha pasado muy mal. Mucha gente no ha desaprovechado la oportunidad de darle un tortazo. Y el PP no se ha podido encargar de su defensa. Y Aznar me decía: 'Hombre, que les aticen a los nuevos. Yo no tengo equipo. No puedo defenderme'. Pero en el PP están a lo suyo y él se ha tenido que defender solito desde FAES".

-¿Por qué un vídeo de estas características? ¿Sólo para que Aznar se defienda?

-Lo comenzamos a gestar el verano pasado, en su casa de Madrid. Yo le sugerí: ¿por qué no hacéis en FAES documentos en vídeo, que es un formato más atractivo para llegar a la opinión pública? Y le encantó la idea. Aznar está abierto a todo y tiene una verdad que contar.

-¿De quién es el guión?

-De ellos. Yo lo comparto plenamente. Pero fue de FAES. Básicamente, del secretario general, Javier Fernández-Lasquetty. Y en FAES manda Aznar. Ellos pagan, son los responsables intelectuales, y yo lo hago.

-¿Cuál era el objetivo?

-Durante este año la versión que se ha dado del atentado del 11-M es que ocurrió a consecuencia de la guerra de Irak y que el Gobierno de Aznar mintió. Y Aznar contrapone dos ideas: el atentado no fue por la guerra de Irak y él nunca mintió. Y hemos logrado que 1.300.000 personas se descarguen el vídeo de Internet y conozcan su versión.

Aznar está satisfecho con el resultado. Durante la presentación de la última novela de Miguel Ángel Rodríguez, La trama Gladio, ironizó orgulloso sobre su producción: "Nos gusta idear cosas que puedan provocar ciertas emociones en los demás". Rodríguez cerró la tanda de juegos florales: "Es un honor recibir sus encarguitos, a ver si el próximo es menos peleón".

Experimentos audiovisuales

No se han estrenado nuevos vídeos. Dicen que hay un veto del PP a futuros experimentos audiovisuales de la FAES. Un antiguo colaborador de Aznar está seguro de que "habrá más, en algo tiene que ocupar Aznar el tiempo". No todos los miembros del PP consultados se muestran conformes con la realización de Tras la masacre. Algunos son muy críticos. Desde el entorno inmediato de Mariano Rajoy, el diputado José María Lassalle escurre el bulto con un "cada uno es responsable de sus acciones y el partido tiene su línea de acción que no es la de la fundación. No somos responsables de lo que hagan otros".

Una personalidad del partido, con importante poder regional, lo compara con el No-Do, el documental cinematográfico del franquismo: "Ha sido una chorrada. Y, encima, ha dado la impresión de que FAES va por un lado y el PP por otro". Fuentes de FAES niegan ese rechazo interno: "El vídeo ha sido desautorizado por personas que al hacerlo han pretendido negar el derecho a expresar libremente opiniones. Y ninguna de ellas milita en el PP".

Más de un año después del 14-M, la herida de Aznar aún sangra. "Y para la derecha es muy incómodo que no cicatrice. Quizá Aznar se encuentre solo, pero tiene que comprender que ahora el trabajo del PP es ganar las elecciones, no andar defendiéndole. Si alguien lo tiene que hacer, será, en todo caso, la historia", explica un intelectual conservador que colabora con FAES.

"Pero Aznar no se resigna, está convencido de que tiene una asignatura pendiente con este partido, pretende dejar huella", afirma una histórica del PP. "No quiere que su obra se convierta en un partido de cuadros sin base ideológica. No quiere tecnócratas, quiere militantes". "Aznar está convencido de que su trabajo en la fundación consiste en hacer una siembra de ideas", recalca un peso pesado de la primera FAES. "Lo que más le puede fascinar es hacer análisis políticos, y este año ha ido elaborando su interpretación de la derrota: Aznar dice: 'Aquí hemos perdido porque no hemos logrado que crecieran entre el electorado los valores de nuestra acción política. Hemos gestionado bien el país, ETA estaba acorralada, éramos respetados en el mundo, pero no hemos sabido transmitir nuestras ideas. No hemos creado doctrina ni un cuerpo ideológico. No hemos convencido. Y ahora nos toca hacerlo desde la oposición. Tenemos que crear una base ideológica. Hay que dar la batalla de las ideas'. Y si hubiéramos ganado, Aznar lo podría haber hecho desde un foro más independiente. No como ahora, que tiene a 25 miembros del comité ejecutivo nacional del partido como patronos de FAES bajo su presidencia. Empezando por Rajoy. Si hubiéramos ganado, podría haber construido una fábrica de ideas para la Internacional Demócrata de Centro, y no meterse en política interior. Pero la derrota ha hecho que se atrinchere en lo que le queda: la FAES. Y surge la pregunta: ¿quién tiene que hacer la oposición, Aznar o Rajoy? Lo único que espero es que los equipos de los dos, que son inmaduros, no les lleven al gran choque de trenes".

"Es cierto, son dos personalidades que chocan psicológicamente: Rajoy es de verlas venir y Aznar es un noqueador que va por la directa", describe un miembro del comité ejecutivo sobre su antiguo jefe. "Aznar es hiperactivo. Necesita trabajar diez horas. Es machacón, tesonero. Hace dos horas de ejercicio antes de llegar a su despacho. Y necesita sacar esa energía. Y FAES es su máquina de hacer pesas". En FAES confirman: "El presidente acude todos los días a la fundación y se ocupa de los trabajos con la misma dedicación con la que siempre ha desempeñado las responsabilidades que en cada momento ha tenido".

Los fieles más fieles

En ese particular gimnasio ideológico, Aznar se ha rodeado de lo que un antiguo miembro de su gabinete define como "el aznarismo de tercera generación". Los fieles más fieles. Los que vivieron en La Moncloa el traumático último año de Gobierno. Y, sobre todo, las críticas jornadas del 11 al 14 de mayo de 2004. Los que compartieron reuniones en el búnker del palacio y cenas en la intimidad Aznar-Botella. Los últimos en abandonar La Moncloa.

"Es un equipo totalmente Aznar, no se lo ha hecho un cazatalentos", describe Miguel Ángel Cortés, muñidor de la primitiva FAES. Un antiguo miembro del gabinete de Aznar describe la composición del nuevo equipo. "Hay tres personas fundamentales: Javier Fernández-Lasquetty, su mano izquierda, su secretario político, el redactor de sus discursos, incluida su primera declaración política tras el atentado del 11-M, el hombre de la agenda durante los dos últimos años, que es el nuevo secretario general de FAES. El segundo es Javier Zarzalejos, la persona que más influencia tiene sobre Aznar en temas de terrorismo y País Vasco, que era secretario general de la Presidencia del Gobierno, y se encarga en FAES del área de Constitución e instituciones. Y Alberto Carnero, un diplomático que ha acompañado a Aznar en todos los viajes al extranjero, que se ocupa del área internacional". Junto a ellos, Jaime García-Legaz, un economista del Estado que dirigía el departamento de bienestar y educación en La Moncloa, se ocupa del área de economía, y Jorge Moragas, un diplomático que fue su ayudante personal, se encarga de las relaciones internacionales. A este núcleo duro se suman Rafael Bardají, el importador en España del pensamiento neoconservador que inspira al Gobierno de Bush. Y José María Marco, un profesor universitario que llegó al entorno de Aznar por mediación del periodista Federico Jiménez Losantos y que le escribe los libros al ex presidente.

¿Cuál es la ideología del laboratorio del profesor Aznar? Un ex ministro la ha descrito como "liberalismo económico a ultranza mezclado con una visión muy conservadora de la vida". "Libertarios en economía y estatistas en asuntos de moral, una forma de pensar similar a la del neoconservadurismo norteamericano", explica en tono crítico un diputado popular que se define liberal en el amplio sentido de la palabra. "Lasquetty es un conservador clásico. Un ferviente defensor de Milton Friedman en economía, pero al que no le puedes mentar los matrimonios entre gays o la legalización del consumo de drogas". Una personalidad liberal del PP bromea sobre la adscripción política del número dos de FAES: "¿Liberal Lasquetty? Se habrá hecho en los últimos tiempos".

Javier Fernández-Lasquetty, de 38 años, es definido por un miembro de la vieja FAES como "el nuevo ayatolá del neoliberalismo". Culto, buen organizador, licenciado en Derecho y Políticas, Lasquetty es un meritócrata que empezó su andadura política a los 16 años como militante de Alianza Popular en el distinguido distrito madrileño de Salamanca, una cantera de la que siempre ha tirado Esperanza Aguirre, hoy presidenta de la Comunidad de Madrid. Y, desde aquella militancia juvenil, peldaño a peldaño, una carrera lenta pero segura bajo la protección de Esperanza y, después, tras ser fichado por Carlos Aragonés para La Moncloa, de Aznar. De la primera fue jefe de gabinete. Del segundo, subdirector de gabinete. Un hombre de toda confianza.

Lasquetty llegó a la secretaría general de FAES en mayo de 2004. Previamente, Aznar se deshizo del anterior ocupante del sillón, Baudilio Tomé, brillante fontanero monclovita que había entrado y salido de su gabinete antes de tontear con Mariano Rajoy como coordinador de su programa electoral. Si hubiera ganado el PP las elecciones, Tomé hubiera ocupado un ministerio. Nadie contaba con la derrota. El cese de Tomé fue fulminante.

Al servicio del 'centro reformista'

Esta nueva FAES está, según el cuestionario remitido por su secretario general, "al servicio de las ideas del centro reformista". "Lo que supone un auténtico eufemismo para expresar lo que en este momento es una simple plataforma de Aznar revestida con actividades relevantes", describe un diputado popular que estuvo unido a FAES. "La fundación le sirve de centro de operaciones, despacho y le proporciona un equipo de cerebros que trabaja en exclusiva para él. Con el PP existe relación, pero FAES es sobre todo una plataforma de creación de munición doctrinal y de aparición pública de Aznar. No, no se ha desvinculado del partido. Pero lo que está claro es que esta FAES no es para Rajoy lo que fue la primera FAES para Aznar: una factoría de ideas y una cantera de gente para llegar al Gobierno".

Para algunos miembros del PP, Rajoy se encuentra en la misma situación de Aznar hace 16 años: no cuenta con un laboratorio de ideas propio. Aznar y su entorno fueron más hábiles: fabricaron su FAES y marginaron a las fundaciones fraguistas y democristianas. Primero controlaron sus ingresos públicos, 40 millones de euros durante las dos legislaturas. Luego las absorbieron. Y crearon un think tank a su medida. El único que le queda al PP. Territorio Aznar. "Y lo que debe hacer esa FAES es servir de herramienta al partido y dejarse de ideologías. Y atraer a esos intelectuales que normalmente no vendrían al PP. Empezando por los jóvenes. Y entrar al trapo en temas como los matrimonios de los gays, un asunto en el que el PSOE nos ha pillado sin papeles ni criterio", explica un líder regional del partido.

Algunos antiguos ejecutivos de FAES, como el diputado autonómico Juan Soler-Espiauba, no es de la misma opinión. "La fundación ya está trabajando a toda máquina para Rajoy. En lo que va de año hemos hecho un centenar de seminarios, hemos hablado de temas como el Estatuto catalán o la ley de dependencia, y esos papeles han llegado al PP vía Ángel Acebes. Y la campaña de María San Gil en el País Vasco ha salido de FAES. Otra cosa es lo que queráis decir los periodistas. Pero no hay ninguna pelea entre FAES y el PP".

Sin embargo, en ciertos círculos del PP inquieta la FAES. Más bien, inquieta Aznar. "Él no está dispuesto a moverse de donde está y en el partido aún tenemos que ver si hay que redefinirse en algunas materias tras la avalancha de iniciativas de Zapatero, que está lanzado a cambiar el régimen constitucional. Por ahora, todo está abierto", resume un diputado por Madrid.

Un viejo sabio de FAES, que ha escrito algunos discursos de Aznar, caricaturiza la situación que se vive en el Partido Popular: "Imagine que hace un par de años, Juan Pablo II, ya muy enfermo, hubiera accedido a retirarse y cedido el trono de Pedro al cardenal Ratzinger. Pero se hubiera guardado una FAES para velar por la pureza ideológica de la Iglesia. Imagine cómo se sentiría su sucesor. ¿Y a quién seguirían los fieles? ¿Al viejo papa o al nuevo papa? Algo así pasa en el PP. Y veremos cuál es el final de todo esto".

José María Aznar y el secretario general de la FAES, Javier Fernández-Lasquetty, en julio de 2004.
José María Aznar y el secretario general de la FAES, Javier Fernández-Lasquetty, en julio de 2004.MANUEL ESCALERA

Aportaciones privadas que no se hacen públicas

LA FAES ES UNA fundación privada, sin ánimo de lucro y con personalidad jurídica y patrimonio propio. Fundada en 1989 por el entorno de Aznar en el Gobierno de Castilla y León, en especial por Miguel Ángel Cortés y bajo la supervisión de Carlos Aragonés, en 1992, tras la llegada del llamado clan de Valladolid a Madrid y de Aznar a la presidencia del partido, se constituía en fundación de ámbito nacional. En 2003 absorbía a las otras fundaciones del PP: Cánovas del Castillo, Estudios Europeos, Popular Iberoamericana y el Instituto de Formación Política. La única que sobrevivió a la fusión por decreto fue la democristiana Humanismo, hoy convertida en ONG. La actual FAES tiene una plantilla de 41 personas y un presupuesto anual de seis millones de euros. El 60% proviene de financiación pública, vía el Ministerio de Educación. ¿Qué empresas proporcionan los otros 2,4 millones de euros? La fundación ha preferido no dar el nombre de sus benefactores: "Las aportaciones privadas no se hacen públicas". La fundación tiene tres áreas básicas, análisis, formación y relaciones exteriores. Y, según un portavoz de la misma, "el presidente de FAES nunca ha cobrado por sus trabajos en FAES". Su máximo órgano de representación es el patronato, formado por 50 miembros, de los que más de la mitad pertenecen al comité ejecutivo nacional del PP. El resto son militantes distinguidos.

La cargada agenda del ex presidente y su fundación

ES COMPLICADO SABER dónde empieza la agenda del ex presidente del Gobierno y dónde acaba la del presidente de FAES. Todo está mezclado. Para empezar, su despacho como ex jefe del Ejecutivo está en el inmueble contiguo al que alberga la FAES. Juntos pero no revueltos.

Su actividad es frenética. En un solo año ha pronunciado conferencias en Washington, Orange, Praga, Berlín, París, Siena, Davos, Jerusalén, México, Miami, Madrid, Barcelona y Lisboa. Y en todas sus intervenciones ha criticado ferozmente la política exterior del Gobierno socialista, su estrategia antiterrorista y los matrimonios entre homosexuales. Además, ha continuado con sus clases en la Universidad de Georgetown, la última, el 5 de abril, centrada en el futuro de la OTAN. También ha comenzado a colaborar con los diarios Il Messaggero y The Wall Street Journal. Y ha concedido, en apenas un mes, entrevistas a La Razón; las emisoras Punto Radio, Onda Cero y Cope, y las televisiones Telemadrid y Canal 9.

Centrado en FAES (que ha realizado en los cuatro primeros meses del año 144 seminarios a puerta cerrada), Aznar, nada más abandonar La Moncloa, puso en marcha, junto a Ana Palacio, su ex ministra de Asuntos Exteriores, el ciclo La Revolución de la Libertad, que se ha celebrado en la universidad católica San Pablo-CEU, de Madrid. Entre los comparecientes, destacados ideólogos de la derecha mundial, como Helmut Kohl, Francis Fukuyama, Guy Sorman o André Glucksman. Y una especial representación de los propagandistas neoconservadores que inspiran a la Administración de Bush: Richard Perle, Robert Kagan y Christopher DeMuth. Y el anticastrismo, con Carlos Alberto Montaner. También ha puesto en marcha un campus de verano en colaboración con la universidad San Pablo y ha creado el Observatorio Económico FAES, en el que trabajan economistas que comparten su ideario, como Juan Velarde, Alberto Recarte, Joaquín Trigo o Francisco Cabrillo, que ya prevén una crisis económica. FAES también edita el trimestral Cuadernos de Pensamiento Político.

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Sobre la firma

Jesús Rodríguez
Es reportero de El País desde 1988. Licenciado en Ciencias de la Información, se inició en prensa económica. Ha trabajado en zonas de conflicto como Bosnia, Afganistán, Irak, Pakistán, Libia, Líbano o Mali. Profesor de la Escuela de Periodismo de El País, autor de dos libros, ha recibido una decena de premios por su labor informativa.

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