_
_
_
_
Reportaje:

Quince minutos para hablar de la capital

Madrid celebra el próximo viernes el primer debate sobre el estado de la ciudad, y la oposición se queja de que interviene poco tiempo

Soledad Alcaide

Madrid imita a España. La capital de la región intenta reproducir en sus instituciones el sistema parlamentario del país. El alcalde y los concejales de cada área forman el gobierno de la ciudad y se reúnen cada jueves en Junta de Gobierno para decidir las actuaciones municipales, como en el Consejo de Ministros. Y el pleno municipal funciona como un pequeño Congreso. Hasta el punto de que, si la semana pasada se celebraba en la Cámara baja el debate sobre el estado de la nación, el municipio tendrá el próximo 27 de mayo, un día después del pleno del Consistorio, su propio debate sobre el estado de la ciudad.

Será el primero que celebra la capital, que pasa a ser la segunda ciudad del país con un debate similar. Hasta ahora sólo existía en Zaragoza, cuyo alcalde es Juan Alberto Belloch (PSOE).

Sólo hay turno de réplica del alcalde o de quien éste designe en su lugar

"El debate de la ciudad fue una aportación del grupo municipal socialista durante la negociación del borrador del actual Reglamento del Pleno del Ayuntamiento", asegura la portavoz socialista, Trinidad Jiménez. Así lo reconoce el vicealcalde y portavoz del PP, Manuel Cobo, quien explica que el equipo de gobierno asumió la propuesta y copió el mismo sistema que tenía la capital aragonesa, punto por punto, como le reclamaba el PSOE. "Hicimos exactamente lo que nos pidieron", puntualiza.

El texto final, que fue aprobado el año pasado con los votos en contra de la oposición (PSOE e IU) -que consideraron que la reforma del reglamento les restaba capacidad de control-, indica que "con carácter anual y durante el primer semestre se celebrará una sesión extraordinaria del pleno dedicada al debate del estado de la ciudad", a excepción de los años en los que se celebren elecciones municipales. Por eso, en esta legislatura sólo habrá dos debates -el de este año y el del próximo-, pues en 2007 habrá nuevos comicios, y en los años anteriores no estaba en vigor el reglamento.

"Tanto en la ciudad como en los distritos, es imprescindible un debate de estas características", afirma la portavoz de IU, Inés Sabanés, sobre la idoneidad de este tipo de discusiones municipales. "Y dado que supuestamente hemos pasado a un sistema más parlamentario, es esencial", agrega.

El texto obliga a que sea el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, quien abra el debate. Según el reglamento, debe hacer una primera exposición de la situación general de la ciudad y también de las líneas maestras de su acción de gobierno.Luego intervienen los portavoces de los grupos municipales, de menor a mayor representación (primero IU; luego, el PSOE, y cierra el PP), pero con el mismo tiempo de intervención: un máximo de 15 minutos. Tras ellos, sólo hay turno de réplica del "alcalde o del miembro de la Junta de Gobierno que libremente determine. Finalizada la réplica, se levantará la sesión", según el artículo 99 del reglamento.

Según los representantes de la oposición, el tiempo que tienen asignado es insuficiente para abordar en profundidad los problemas de la ciudad. "Debería ser un debate más flexible, que permita discutir, con un formato similar al del Parlamento nacional", dice Jiménez. "Y con los mismos tiempos del Congreso", remacha Sabanés.

En el debate del estado de la nación celebrado la semana pasada en el Congreso, los tiempos fueron acordados por la Junta de Portavoces, puesto que este pleno no figura en el reglamento de la Cámara, sino que es una costumbre introducida en 1983, bajo la presidencia del socialista Felipe González. Sin embargo, cada grupo dispuso de un mínimo de 30 minutos en su primera intervención y, aunque el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respondía a cada portavoz, éstos tuvieron dos opciones para replicar y los tiempos fueron calculados de forma generosa. El líder de la oposición, Mariano Rajoy (PP), intervino durante una hora y media.

La justificación que Jiménez ofrece acerca de la necesidad de imitar el sistema es que "si se han introducido cambios en el funcionamiento del Ayuntamiento buscando parlamentarizarlo, no puede ser que sólo refuercen las competencias del equipo de gobierno y no el control que le hace la oposición", afirma.

Al igual que la portavoz socialista, Sabanés alude a que, tras la entrada en vigor de la Ley de Grandes Ciudades en enero del año pasado, el alcalde introdujo modificaciones que restaron competencias al pleno municipal y quedaron en manos del equipo de gobierno, en teoría para agilizar su gestión.

La queja de la oposición es que a la vez se han limitado las medidas para ejercer su control, sin que las reglas de juego hayan sido consensuadas. Un ejemplo que ponen desde ambos grupos es la reducción del número de iniciativas que los grupos políticos pueden plantear: ahora son seis por pleno -incluidas preguntas, proposiciones, mociones y cualquier tipo de actuación- y tres por comisión, cuando antes eran ilimitadas.

Sabanés recalca que, según el reglamento, tras el debate no se aprueban acuerdos. "Es un indicador de que el supuesto régimen parlamentario del pleno es de bajísima intensidad, pues es muy débil la capacidad de intervención de la oposición", afirma.

Pero el vicepresidente Cobo no está de acuerdo. "No entiendo cómo pueden quejarse desde la oposición de tener poco tiempo, cuando en otras ciudades no existe este debate", afirmó. "Y más cuando accedimos a su petición, tal como la formularon". El vicealcalde exige que, al menos la primera vez que se celebra el debate, "se haga de acuerdo con reglamento", antes de hacer críticas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_