Discapacidad

He leído con atención la carta publicada hoy domingo en la sección Madrid remitida por dos hermanas jóvenes residentes en Las Rozas usuarias de silla de ruedas.

Soy usuario de silla de ruedas y aunque su experiencia en el transporte público es muy cotidiana para personas como nosotros, me sorprende en cambio que se extrañen de la actitud de ese guardia municipal que recrimina al conductor que las lleva "el haberse metido con un coche en tal embotellamiento".

No creo que su actitud haya sido desidiosa hacia ellas y su discapacidad. Para mí, el hecho de llevar una placa en un vehículo o en el de un amigo que me lleva no implica que deban tener conmigo consideraciones especiales a la hora de circular (quizá si de aparcar y depende de en qué zonas, cuándo y para qué).

A mí me gusta que me traten con igualdad, ni con más preferencias ni con menos, creo que esa es la base primordial de toda democracia, si alguien tiene conmigo alguna cortesía especial en un momento determinado, como todo el mundo que es educado lo agradezco un montón, pero nada más, porque no me siento con el derecho a que me concedan más privilegios que a nadie.