Salvador Vega: "Vengo a confirmar mis ilusiones"

Salvador Vega sólo ha actuado una tarde en la plaza de las Ventas, el día de su confirmación, en octubre de 2003. Estaba anunciado en San Isidro del pasado año, pero una cogida en Zaragoza le impidió comparecer. Esta circunstancia le obliga, si cabe, a una mayor responsabilidad: "Sin duda alguna", dice el torero, "estamos, además, a principios de temporada y éste es un examen que hay que aprobar para subir peldaños y alcanzar la meta de ser figura". A pesar de que se le reconoce como una firme promesa del toreo puro, Vega afirma que no viene a enseñar nada, "sino a confirmar que soy un torero cargado de ilusiones y a reivindicar mi puesto en esta difícil profesión".

De todas maneras tiene las cosas claras respecto a la importancia de Madrid: "La temporada no es sólo Madrid, sino la regularidad tarde tras tarde", afirma y añade: "No triunfar en las Ventas no te deja parado si das una buena sensación, pero es evidente que un triunfo sería muy importante para mi carrera".

Cuando se le pregunta por el momento que vive en su profesión apela a sus pocos años, -acaba de cumplir los 21- para no hacer un balance, pero asegura que cree que ha sido capaz de ilusionar a muchos aficionados y que se siente muy responsabilizado para no defraudar esas expectativas. Reconoce, asimismo, sentirse muy incómodo a la hora de explicar su sentido del toreo: "Sólo puedo decir que me gusta hacer las cosas con verdad", asevera.

Se considera reconocido por la afición y respetado por sus compañeros, -"lo que me ofrece una gran seguridad"-. Afirma que nació torero. "Vine al mundo predestinado para elegir esta profesión y así lo siento desde que tengo uso de razón", asegura. Se considera un hombre feliz "aunque los triunfos y los días malos repercuten mucho anímicamente; pero creo que estoy encontrándome a mí mismo y puedo llegar a ser muy feliz".

La corrida de hoy: toros de Domingo Hernández y Garcigrande, para César Jiménez, Salvador Vega y José María Manzanares. A las siete de la tarde.