Moscú respalda al líder uzbeko en aras de la estabilidad en Asia
A pesar de la matanza perpetrada por el Ejército en Uzbekistán, Moscú, como era de esperar, se ha solidarizado con el dictador Islam Karímov, ya que considera que este ex líder comunista desempeña un papel esencial para mantener la estabilidad en Asia Central.
"En Rusia condenamos el ataque de los extremistas en Uzbekistán, quienes para conseguir sus objetivos utilizan la violencia, medios destructivos, lo que ya ha provocado víctimas mortales. Rusia apoya a la dirección de Uzbekistán en estos difíciles momentos", declaró el viernes el portavoz de Exteriores, Alexandr Yakovenko. Al día siguiente, Karímov y el presidente ruso, Vladímir Putin, mantuvieron una conversación telefónica en la que "mostraron su preocupación por la amenaza de desestabilización" de Asia Central que, según los dos mandatarios, ha supuesto la revuelta, cuya represión por parte del Ejército ha provocado cientos de muertos.
El ministro de Exteriores, Serguéi Ivanov, justificó plenamente la masacre cometida en Andiyán. "Se trataba de acciones provocadoras por parte de grupos semejantes a los talibanes. Desgraciadamente, los acontecimientos desembocaron en víctimas", declaró Ivanov en Viena, donde se encontraba en visita oficial. "Se trata de gente buscada por terrorismo, que vienen de la región, de Afganistán y de los campos de entrenamiento", insistió Ivanov. "Si dejamos que actúen los terroristas, pondremos toda la región al borde de la crisis", declaró el jefe de la diplomacia de Moscú.
La élite política rusa ha manifestado su preocupación por los desórdenes que estallaron en el valle de Ferganá, mostrando al mismo tiempo simpatía por el régimen de Karímov, sobre todo por el temor a que la rebelión en Andiyán se pudiera extender a todo Uzbekistán y de ahí a otros países de la zona de Asia Central.
Aplastar las libertades
Pero ha habido algunas excepciones, como el partido liberal Yábloko, que lidera el economista Grigori Yavlinski. "La rebelión en Andiyán es el resultado lógico de 15 años de aplastamiento de las libertades políticas y económicas, que se ha realizado bajo los lemas de 'evitar la guerra civil' y 'luchar contra el extremismo religioso'. Esta política sólo ha conducido a que el vapor se junte en la caldera a punto de explotar", señaló el partido liberal en una declaración divulgada por Serguéi Mitrojin, vicepresidente de Yábloko.
"Habiendo eliminado a la oposición democrática, el régimen de Karímov no deja al pueblo uzbeko otra vía que la del islamismo radical. La represión ha conducido a que inofensivas sectas se radicalicen y abracen el extremismo. Al encarcelar y torturar a miles de ciudadanos, el régimen ha provocado como reacción atentados terroristas y revueltas populares, que ya han hecho correr la sangre", agrega.
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