Un congreso médico invita a los ginecólogos a detectar los casos de malos tratos en embarazadas
Un centenar de especialistas estudian desde ayer en El Puerto de Santa María (Cádiz) los efectos de los malos tratos por razones de género en la medicina ginecológica. El problema ha sido incluido en el programa de un congreso de la Sociedad Andaluza de Contraconcepción y ha suscitado el aplauso de los colectivos de defensa de mujeres que sufren violencia sexista. "Vemos como otro sector profesional renueva su conciencia sobre el problema", explicó ayer Pepa Santiago, presidenta de la Asociación Yedra de ayuda a mujeres maltratadas y ponente en las jornadas.
Santiago aseguró que las estadísticas representan sólo "la punta del iceberg", ya que sólo una de cada cinco maltratadas denuncian su situación. Por ello, el congreso concede especial importancia al papel del médico especialista a la hora de detectar cuándo una mujer llega a la consulta de ginecología con daños por violación, incluidas las que ocurren dentro del matrimonio, y su posterior denuncia por el cauce oficial. En muchos casos, la agresión sexual no es identificada como tal ni siquiera por la víctima, si se producen en el marco de la relación de pareja.
En el congreso se incidirá en la necesidad de "generalizar" las consultas ginecológicas del cuestionario de tamizado, un protocolo estándar de preguntas seleccionadas para que el médico pueda saber cuáles de sus pacientes están siendo objeto de daños físicos o psíquicos en la relación con su pareja.
Jóvenes maltratadas
Por otra parte, el curso, que se desarrolla bajo el título genérico de Controversias en Salud Reproductiva incide en la necesidad de mejorar los niveles de formación en esta materia tanto de médicos como de profesores encargados de educar y concienciar contra la violencia contra las mujeres.
En su conferencia, Santiago recordará que la Ley de Violencia de Género, que ya establece la obligación del médico de denunciar los casos que lleguen a su conocimiento, plantea también la necesidad de dotar a las clínicas y a los profesionales de medios que le permitan identificar a las mujeres maltratadas y saber cómo tratarlas desde el punto de vista afectivo.
En las jornadas se ha destacado un dato que muestra que el problema está lejos de entrar en vías de solución. Por edades, al sector de población femenina más castigada por malos tratos, de entre 26 y 44 años, se está acercando otro, de menos de 18 años, que demuestra que las nuevas generaciones de mujeres están sufriendo daños sin que se aprecie un aumento de la concienciación y la denuncia de los casos sufridos. Desde el año 2003 han perdido la vida en España 235 mujeres por agresiones machistas.
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