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La regularización coloca 18 provincias bajo la lupa de la Inspección de Trabajo

Ceuta, Salamanca, Ourense, Asturias y Valladolid tienen los porcentajes más bajos de solicitudes

El cruce del padrón municipal con los resultados del proceso de normalización de inmigrantes muestra que la media nacional de solicitudes de regularización ha alcanzado al 85,08% de los sin papeles empadronados y en edad de trabajar. Sin embargo, el cotejo de esos datos provincia a provincia revela que en 18 de ellas las solicitudes de regularización no han alcanzado el 70% de los empadronados, lo que supone 15 puntos menos que la media nacional. Estas provincias, a cuya cabeza figura Ceuta, con un porcentaje de solicitudes del 29,63%, se han convertido en objetivo de la Inspección de Trabajo.

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, declaró el domingo pasado a EL PAÍS: "Este proceso [de normalización] sirve también para tener una radiografía muy ajustada del mapa económico de España. Conociendo el número de solicitudes de regularización y el de ciudadanos [extranjeros] empadronados en cada provincia, sabemos en qué provincias y en qué sectores económicos ha habido mejor comportamiento. Y eso nos va a permitir tener una guía excelente para combatir el fraude".

Caldera añadió que esta semana presentaría a los agentes sociales "un plan específico de la Inspección de Trabajo contra el empleo irregular de extranjeros. (...) El plan se concentrará donde haya menos porcentaje de legalizados sobre empadronados".

Este periódico ha elaborado el mapa anunciado por el ministro a partir de datos extraídos de la página web del ministerio o proporcionados por su gabinete de prensa. El método de cálculo utilizado es el mismo que empleó el ministerio al presentar los resultados de la normalización.

Además de Ceuta, las provincias que no alcanzan la barrera del 70% de solicitudes sobre los sin papeles empadronados en edad de trabajar son las siguientes: Salamanca (43,14% de solicitudes), Ourense (46,09%), Asturias (51,30%), Valladolid (52,08), A Coruña (54,35%), Teruel (56,16%), Guipúzcoa (57,8), Pontevedra (60,11%), Cuenca (60,8%), Badajoz (63,08%), Burgos (66,48%), Cantabria (66,85%), Tenerife (67%), Ciudad Real (68,81%), Álava (69,22%) y Guadalajara (69,70%).

Ninguna de estas provincias tiene más de 20.000 sin papeles empadronados en edad de trabajar. Es decir, no soportan una gran presión migratoria. En ocho de ellas, el grupo de inmigrantes más numeroso es rumano; en cuatro es colombiano; en tres es ecuatoriano; en una es búlgaro y en otra es marroquí.

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Por comunidades, las más afectadas son Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco, Canarias y Castilla y León.

En varias de las provincias señaladas, el bajo número de contratos puede explicarse por su vecindad a otras en las solicitudes han superado el 100% de los empadronados. Es decir, que es posible deducir que los inmigrantes viven en una provincia y trabajan en la vecina.

Ése sería el caso de Asturias (51,30% de solicitudes) y Valladolid (52,08%) respecto a León (118,97%). O el de Salamanca (43,14%) respecto a Cáceres (125,14%).

Pero en otras provincias, como A Coruña, Pontevedra, Guipúzcoa o Tenerife, no cabe tal explicación.

Caso aparte son Ceuta y Melilla, respecto a las que Caldera declaró que el número de solicitudes presentadas era "radicalmente inaceptable": "Vamos a hacer un peinado a fondo, porque estoy convencido de que allí hay mucho trabajo irregular, y desde luego lo vamos a sancionar", añadió.

Melilla es la única provincia española en la que el balance de la regularización arroja un porcentaje negativo (-36,39%), lo que quiere decir que hay más inmigrantes con permiso de residencia que empadronados.

Esa paradoja puede explicarse por la conjunción de dos fenómenos. De una parte, numerosos residentes de los arrabales de la ciudad autónoma no se han empadronado (en muchos casos su vivienda no es legal). De otra, muchos de los inmigrantes marroquíes prefieren vivir en la vecina ciudad de Nador y trasladarse cada día hasta Melilla sólo para trabajar.

Esos dos fenómenos se repiten en Ceuta, por lo que su bajo porcentaje de solicitudes (29,6%) es aún más alarmante que el de Melilla.

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