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Reportaje:

Baberos para la futura mamá

Los mallorquines regalan ropa de bebé a doña Letizia, que tuvo que modificar su agenda en dos ocasiones para descansar

Mábel Galaz

El príncipe de Asturias compareció solo en el primer acto programado dentro de la segunda jornada de la visita de don Felipe y doña Letizia a la Comunidad Balear. La cita era en el Parlamento, donde estaba previsto que la pareja mantuviera una reunión de trabajo con la mesa y los portavoces de los grupos. El Príncipe disculpó a la Princesa, que se había quedado a descansar un poco más en su residencia de Son Vent. Doña Letizia sufre náuseas, como todas las mujeres embarazadas, y está cansada. Poco antes del mediodía, sin embargo, se sumó a la actividad del programa oficial. Apareció sonriente, aunque con ojeras. Pero los posibles malestares quedaron aparcados ante el espectáculo que los habitantes de Inca habían preparado a los Príncipes.

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"Vamos a cerrar, que llegan", decía la dueña de un comercio de la plaza del Ayuntamiento. "Me he traído a la tienda a mi nieto de dos meses. Mi hija le acaba de dar de comer y ahora me lo llevo para que lo vea la Princesa". La mujer tomó en brazos a su pequeño y se marchó a esperar la visita real en la explanada del Claustro de Santo Domingo.

Pero ese bebé, de nombre Joan, no fue el único que aguardaba a los Príncipes. La Casa del Rey ha preparado una apretada agenda de trabajo durante esta semana en las Islas Baleares, pero don Felipe y doña Letizia, cuando dejan los despachos y las instituciones, lo que ven son niños, y de lo que les hablan en la calle es del hijo que esperan, del séptimo nieto de los Reyes.

La abuela de Joan cerró su tienda de Inca, como también lo hicieron tres de las guarderías que hay en esta localidad. Los pequeños, de entre dos y tres años, aparecieron con sus babis de rayas y su nombre puesto en el pecho, todos agarrados a una cuerda para no perderse entre el gentío.

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Cuando los Príncipes llegaron se quedaron sorprendidos. Un bebé, con la ayuda de su madre, fue quien dio el ramo de flores de bienvenida a la Princesa. Don Felipe acarició las cabezas de todos los pequeños y ayudó a abrirse paso a uno que quería entregarle un obsequio guardado en una caja. Pero fue doña Letizia la que más veces se agachó para coger niños, acariciarlos y besarlos. "Va a ser una buena madre, mira que mano tiene", le decía una vecina a una amiga "Es que ella ya tiene una sobrina; bueno, y los de las Infantas", fue la respuesta.

Si el lunes en el Ayuntamiento de Palma los futuros padres recibieron un faldón y un jersey, ayer en las calles de Inca hubo tres baberos atados al cuello de un peluche. "Como han dicho que quieren tener más de dos hijos y menos de cinco, pues les he comprado tres", explicó la mujer que llegó con el obsequio. "Ha sido tan repentino que no he tenido tiempo de hacerlos yo, se los he comprado", aseguró. Doña Letizia aceptó el regalo encantada: "Muchas gracias. Me gusta mucho". La Princesa, a este paso, se irá con la canastilla hecha el viernes, cuando termine la visita oficial a la Comunidad Balear.

Don Felipe rompió el horario de la agenda cuando anunció a los servicios de seguridad que él y la Princesa iban a dar un paseo por la calle para saludar a toda esa gente que aguardaba bajo el sol abrasador con las manos extendidas.

De Inca, los Príncipes se marcharon a la cooperativa de S?Esplet en Sa Pobla, cuya actividad se centra en la recogida de patatas. Allí saludaron a los trabajadores antes de acercarse hasta una zona habilitada con una muestra de productos de la tierra. La exposición rebosaba de alimentos del campo, como los típicos tomates de ramellet (tomates en racimo que se conservan durante todo el año), guindillas, naranjas, aceite o frutos secos, además de productos más elaborados, como la espinegada (una base de pan con verduras, propia de las fiestas de San Antonio de Sa Pobla) o la tradicional sobrasada.

La Princesa probó algunos de los alimentos expuestos, en especial los frutos secos mallorquines. "Le hemos explicado que los frutos secos son buenos para las mujeres embarazadas que sufren náuseas", contó uno de los trabajadores. "Letizia, Princesa, eres una belleza", fue el grito con que la gente de Sa Pobla esperaba a la pareja en la calle.

Los príncipes de Asturias se acercaron a saludar y dar la mano a todos los que pudieron. Allí también hubo más regalos, como una silla de niño confeccionada con madera y esparto.

Con casi una hora de retraso, los Príncipes llegaron a Formentor. Lo hicieron en helicóptero, para evitar a doña Letizia la incómoda carretera llena de curvas, aunque de gran belleza. Allí la pareja almorzó con jóvenes empresarios, artistas y deportistas de la isla. Alguna pareja invitada al acto apareció con su bebé, y de nuevo la Princesa volvió a ejercer de futura mamá.

La intensa jornada y el calor apartaron por la tarde de la comitiva por unas horas, de nuevo, a doña Letizia. El médico que la acompaña le recomendó descanso y don Felipe asistió solo a un acto en la Facultad de Derecho y Económicas.

Por la noche los Príncipes asistieron a una recepción en el Palacio Real de la Almudaina con representantes del mundo cultural de las islas, desde Camilo José Cela Conde hasta a la cantante Chenoa. Don Felipe pronunció allí un discurso bilingüe, en mallorquín y castellano, y citó al poeta Rafael Alberti, informa Andreu Manresa.

Los Príncipes, acompañados por Jaume Matas, en la Abadía de Santo Domingo, en Inca.
Los Príncipes, acompañados por Jaume Matas, en la Abadía de Santo Domingo, en Inca.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Mábel Galaz
Fue la primera mujer en pertenecer a la sección de Deportes de EL PAÍS. Luego hizo información de Madrid y Cultura. Impulsó la creación de las páginas de Gente y Estilo. Ha colaborado con varias cadenas de televisión y con la Cadena Ser. Ahora escribe en El País Semanal.

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