Cañizares y Raúl compran tierras junto a la futura Ciudad Deportiva del Valencia

Futbolistas del Valencia y uno del Madrid, Raúl, han comprado tierras alrededor del valle en el que el presidente del club de Mestalla, Juan Soler, ha logrado que las administraciones le aprueben un gran plan urbanístico por el que obtendrá unos beneficios de 133 millones tras construir 2.800 viviendas y una ciudad deportiva. El portero Cañizares, por ejemplo, ha adquirido ya más de 50.000 metros cuadrados, y Raúl, unos 15.000. El proyecto del Valencia afecta a un millón y medio de metros cuadrados ubicados entre un paraje natural y un monte protegido.

Cañizares y Raúl, junto con el representante futbolístico de ambos, Ginés Carvajal, adquirieron el pasado mes de julio 15.801 metros cuadrados muy cerca de la bolsa de suelo agrícola (1.651.650 metros) en la que el Valencia proyecta, una vez recalificado el terreno en urbanizable, la construcción de su nueva ciudad deportiva y 2.800 viviendas. Con la operación, el club prevé ingresar unos 133 millones de euros de beneficio. Los futbolistas y su agente compraron a través de las sociedades Cañete Business, Nescar Sport y Europa Scar Sport, cuyos administradores únicos son, respectivamente, ellos mismos.

En diciembre de 2004, cinco meses después de comprar junto con Raúl y Carvajal, Cañizares adquirió 16.205 metros cuadrados más, por los que pagó 149.000 euros. Esta parcela se halla próxima al Programa de Actuación Integral (PAI) trazado por el Valencia en Riba-roja, localidad a unos 20 kilómetros de la capital valenciana. Entonces, Juan Soler llevaba varios meses comprando campos de naranjos con la intención de reconvertir ese suelo en urbanizable y conseguir un "pelotazo" para el Valencia, según él mismo dijo.

Cañizares, a través de la sociedad Cañete Business, cuyo capital actual es de 3,9 millones de euros, comenzó a adquirir tierras en Riba-roja en mayo de 2002. Fue entonces cuando compró 36.604 metros a un kilómetro de donde el club proyecta ahora conseguir el "pelotazo". Otros jugadores del equipo de Mestalla, entre ellos Angulo, Juan Sánchez, Ayala y Pellegrino, ete último ahora en el Liverpool, también adquirieron tierras. Incluso lo hizo Cavallero, portero internacional argentino ex del Celta y en la actualidad en el Levante.

Fue el actual directivo valencianista Carlo Cicchela quien les vendió a los futbolistas las primeras parcelas. En 2002, Cicchela no era consejero del club. Ahora ya lo es, además de ser el tercer máximo accionista de la entidad. Cicchela heredó de su abuela grandes extensiones de tierra en esta zona y fue vendiéndola hasta quedarse con unos 120.000 metros cuadrados. "Es una zona muy atractiva para invertir por el by-pass, porque Valencia se extiende hacia el Oeste y porque Paco Tarazona [el alcalde de Riba-roja, del PP] lo apoya", dijo ayer Cicchela.

Cañizares siguió comprando por su cuenta. En enero de 2004 adquirió 5.860 metros, actualmente calificados como suelo industrial, a unos dos kilómetros del PAI presentado por Soler. Y en julio, el mismo día que compró con Raúl y Carvajal, el portero del Valencia adquirió, según consta en el registro de la propiedad de Benaguassil, otros 10.182 metros en la misma área.

De conseguir las recalificaciones previstas, la plusvalía sobre la inversión inicial sería del 100%, según expertos urbanistas. El Ayuntamiento de Riba-roja, del PP, y la Generalitat valenciana, también del PP, ya han dado luz verde al plan de Soler. Y se prevé la consiguiente revalorización de los terrenos de esa zona donde los futbolistas han comprado tierras, próxima al circuito de velocidad de Cheste y colindante con la urbanización de 2.800 viviendas y la ciudad deportiva del club de Mestalla.

El Valencia cuenta con el apoyo de la Generalitat, que, a través del consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, impulsó el plan. "La Generalitat tiene la obligación moral de ayudar al Valencia por la importante masa social que arrastra", afirmó Blasco en abril, cuando las tres instituciones presentaron el convenio previo a la aprobación del PAI. Todo esto, pese a la oposición de los detractores, el grupo socialista, Izquierda Unida y los ecologistas, que consideran "una aberración urbanística y un atentado ecológico" el PAI, que afecta a un valle ubicado entre un paraje natural y un monte protegido.

La familia Soler, que controla el 40% de las acciones del club, espera que el Valencia obtenga unos réditos de unos 600 millones en las tres operaciones que tiene en marcha: la de Riba-roja y las recalificaciones tanto del estadio de Mestalla como de los 140.000 metros de su actual ciudad deportiva, en Paterna, a 12 kilómetros de Valencia.