_
_
_
_

"Nos podemos permitir ser honrados", dice el portero

"Tanto Juan Soler como yo nos podemos permitir ser honrados", dijo ayer Santiago Cañizares, portero del Valencia, preguntado por si había tenido información privilegiada al comprar tierras muy cerca de donde el club de Mestalla llevará a cabo el "pelotazo", según lo calificó su presidente, de su nueva ciudad deportiva, en Riba-roja. Cañizares sostiene que su compra, en la partida de Pouet Tapat, "no tiene nada que ver con Porxinos [el terreno donde el Valencia recalificará el millón y medio de metros cuadrados por el que obtendrá unos 130 millones de beneficios]". El caso es que Cañizares, entre 2002 y 2004, compró unos 50.000 metros cuadrados en la que él llama partida de Monteblanco, en el término municipal de Riba-roja, a un kilómetro de Porxinos. "Casualmente ha llegado allí el Valencia, yo tenía allí mi inversión, he querido completarla y he encargado seguir comprando tierras", añade el guardameta internacional, de 35 años, que ahora espera que esos campos de naranjas sean recalificados como suelo residencial con un campo de golf previsto en el proyecto. "Evidentemente, estas tierras se han revalorizado, pero no es culpa nuestra, sino de la cobertura periodística que ha habido [como consecuencia de que el Valencia anunciara en abril pasado su intención de trasladar allí su ciudad deportiva]".

Cañizares también admitió haber adquirido con un empresa que comparte junto a Raúl, delantero del Madrid, y Ginés Carvajal, el agente futbolístico de ambos, otros 15.801 metros cuadrados en julio de 2004 en el término cercano del pueblo de Loriguilla, terreno que ya ha sido recalificado como suelo industrial.

La sospecha de que tuviese información privilegiada viene por su segunda compra, la del 16 de diciembre de 2004, toda vez que la Cadena Ser destapara en noviembre que Soler pretendía llevar a cabo esa operación para el Valencia en Riba-roja. Y que Soler ya llevaba medio año comprando campos a tal efecto. "Si se sabía ya en noviembre no puede ser información privilegiada", dice Cañizares. Sin embargo, Soler estuvo negando hasta el 12 de abril pasado que el Valencia fuera a desarrollar el proyecto.

"Hay más compañeros que han comprado por estas mismas fechas y nos puede perjudicar si no se recalifica como pensábamos. Es un arma de doble filo", advierte Cañizares, que agrega: "Cuando a Soler le dijeron que habíamos comprado nosotros [los jugadores], él se fue a otra parte para salvar la imagen". A un kilómetro de distancia.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_