Las inmobiliarias apuestan por acaparar suelo en detrimento de la construcción de viviendas
Las inversiones en solares crecieron en 219 millones de euros y se concentraron en pocas manos
El negocio inmobiliario sigue viento en popa. En 2003 las sociedades promotoras aumentaron sus ventas un 24%, sus beneficios netos un 81% y redirigieron sus inversiones hacia la compra de suelo, según un estudio de la consultora KPMG encargado por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). La adquisición de terrenos creció en 2003 igualándose en importancia a la promoción de viviendas, lo que "demuestra la confianza del sector en el negocio y revela que existe suelo en reserva para dentro de unos años". El suelo se ha convertido en un bien estratégico para este negocio.
La inmobiliaria CISA (Bancaixa), propietaria de millones de metros, no está incluida
La consultora KPMG, por encargo de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, ha estudiado a fondo los balances de 21 de las principales promotoras valencianas a partir de los balances depositados en el Registro Mercantil. Bernardo Vargas, socio director de la consultora, excusaba alguna ausencia llamativa en la falta de información financiera disponible en el momento de elaborar el estudio. Una de estas ausentes es CISA, del Grupo Bancaixa, propietaria de unos 20 millones de metros cuadrados de suelo. Por el contrario están recogidas en el informe sociedades como Edifesa, Edival, Edificaciones Calpe (del grupo Ballester) o Calviga (del grupo Lubasa). La facturación de las sociedades escogidas oscilaba entre los 20 y los 140 millones de euros.
"El sector confía en el futuro, por eso está comprando suelo y reinvirtiendo para continuar creciendo", dijo a modo de conclusión Vargas. El sector inmobiliario aumentó en 2003 su cifra de negocio un 24%, con 1.110 millones de euros, gracias más al aumento de los precios de las viviendas -un 17,2%, con una media de 1.028 euros el metro cuadrado- que a un crecimiento de las ventas. Como este ascenso de los precios ha superado con creces a los costes de las materias primas y la mano de obra, los beneficios después de impuestos han crecido, siempre referido a estas 21 sociedades, un 81% con respecto a 2002. Exactamente, estas promotoras obtuvieron 176 millones de beneficios netos frente a los 97 millones del año anterior.
En el informe se observa cómo en 2003 un gran número de promotoras se volcaron en la compra de solares y terrenos. Si el capítulo de existencias representaba un 60% del activo, un 44% del total era suelo adquirido ese año o en anteriores ejercicios, lo que evidencia un cambio en la estructura de la cartera de negocios de los promotores a favor del terreno. La inversión en suelo está igualándose en términos relativos a la promoción y venta de viviendas o industria del ladrillo.
De hecho, en 2003, las promociones de casas en curso perdieron peso en los balances de existencias frente a la inversión en terrenos, que ese año creció en 219 millones de euros -un 44,3% de las existencias de 2003 frente al 32,2% del año anterior-. Y un apunte más: pocas sociedades, a tenor de los datos, acumulan la mayor parte de la inversión en suelo, cuyo precio está creciendo.
El estudio constata además que desde que se aprobó la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU) y ante la carencia de suelo urbano en las distintas ciudades de la Comunidad Valenciana, la figura del agente urbanizador "está tomando cierto auge", "Por ello", explica la consultora, "algunas de las sociedades incluidas en el estudio han ampliado su actividad a la del agente urbanizador".
Así, estas sociedades han aumentado su cifra de negocio gracias a las cuotas de urbanización que ha percibido mediante la ejecución de los Planes de Actuación Integral (PAI).
La consultora insistió en que las perspectivas del sector son buenas, si bien se espera a partir de 2004 una "ralentización" en las cifras de crecimiento, que hasta el momento no han bajado de los dos dígitos. El informe reitera que la demanda de casas de no residentes continuará tirando del sector en toda el área mediterránea. No existe en este momento un sector tan rentable para la inversión, según Vargas: "La adquisición de viviendas sigue siendo un valor seguro y estable frente a la variabilidad de otras alternativas como los mercados bursátiles".
Y es que los precios de las casas no ceden. Si el metro cuadrado de las viviendas tasadas en España se situó en 2003 en 1.428 euros, con un crecimiento del 17%, el precio medio en la Comunidad Valenciana se situó dos décimas por encima de la media española. El descenso, de nuevo en 2003, de los tipos de interés -que en septiembre de aquel año se situó en el 3,428%- y la ampliación de los plazos de amortización de los préstamos hipotecarios a 25 y 30 años, permitió al mercado absorber esta subida de precios.
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