La garantía es el proyecto
A la hora de abordar un proyecto de inversión, lo habitual es que adicionalmente a los fondos aportados por los promotores del proyecto se recurra a financiación bancaria. Para obtener esta última, además de la bondad del proyecto en sí, los promotores deberán presentar una serie de garantías adicionales que aseguren a los financiadores la recuperación de los fondos prestados.
Project finance no es más que una modalidad de financiación de proyectos intensivos en la que no existen, o al menos se encuentran muy limitadas, estas garantías externas al propio proyecto. Dicho de otro modo, en un project finance la garantía principal para la devolución de la deuda son los flujos de caja y los activos del propio proyecto. Para ello, se crea una Sociedad Vehículo de Proyecto (SVP), que bajo la forma jurídica que se determine (unión temporal de empresas, agrupación de interés económico o sociedad anónima) abordará la ejecución y gestión del proyecto. Dicha SVP asumirá, asimismo, las obligaciones de remuneración de los prestatarios de fondos, tanto accionistas como ajenos, así como las obligaciones de devolución de la deuda.
Los promotores asumen un mayor coste financiero y un estricto calendario de servicio de la deuda
Los promotores del proyecto ven limitadas las contingencias a las que se enfrentarían en caso de no resultar exitoso el proyecto de inversión, dado que no responderán ante las mismas con la totalidad de su patrimonio, sino tan sólo con el capital aportado a la SVP. Como contrapartida, los promotores asumirán un mayor coste financiero y un estricto calendario de servicio de la deuda.
Dado que la única o cuando menos la principal garantía de la devolución de la deuda son los flujos de caja del propio proyecto, esta técnica de financiación resultará aplicable tan sólo en aquellos casos en los que seamos capaces de determinar con precisión razonable cada flujo previsto y de asignar los diferentes riesgos que afectan a la evolución del proyecto. Así, deberemos prestar especial atención tanto a las variables intrínsecas (volumen de inversión, desarrollo temporal, variaciones de ingresos y gastos) como a las extrínsecas (variables macroeconómicas, fluctuaciones de la demanda, presión fiscal, variaciones legislativas). De la combinación de éstas y otras variables podremos determinar una serie de escenarios ante los que confrontar la evolución del proyecto, y en particular su rentabilidad, la cobertura del servicio de la deuda y la cobertura del préstamo vivo que permitan asegurar el éxito del proyecto de inversión.
Un project finance representa un complejo ejercicio de estructuración y cuantificación de un proyecto. Cuenta con una serie de participantes más allá de los promotores y prestatarios financieros: socios industriales, proveedores, administraciones financieras, así como, con importancia creciente, asesores legales, técnicos, financieros y de mercado. Sus aplicaciones se extienden desde sectores más tradicionales como el energético o el de las autopistas, a otros como el caso sector inmobiliario y el de servicios.
Relacionado con el concepto del project finance y dentro del marco de los planes de estabilidad aprobados por la Unión Europea aparecen los llamados public private partnerships (PPP o asociaciones público-privadas), asociaciones en las que la iniciativa privada participa bien en la financiación, bien en la gestión o en la asunción de determinados riesgos en proyectos de iniciativa pública. La naturaleza de estas asociaciones, con su alta visibilidad de flujos de caja estables, las hace ideales para la estructuración de un project finance.
Entre los mismos encontramos la financiación privada de infraestructuras, el programa de hospitales de la Comunidad de Madrid y otras iniciativas que contribuyen a mejorar el servicio a los ciudadanos sin que aumente la deuda de las administraciones. Para que ello sea posible, y según los criterios de Eurostat, el socio privado deberá asumir tanto el riesgo de construcción como el riesgo de demanda, o en su defecto, el riesgo de disponibilidad.
Alberto Álvaro es jefe del Departamento de Corporate Finance de CB Richard Ellis.
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