Tamayo muestra en 'Imaginarias' una década de trabajo con acuarela
El catálogo editado por la BBK repasa la obra sobre papel del pintor bilbaíno desde 1978
"Me atrae pintar con acuarela por las vibraciones que transmite el propio espacio creado en torno a una mesa", dice Daniel Tamayo (Bilbao, 1951), ilustrador, pintor y profesor de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de la UPV. El resultado del trabajo de Tamayo con la acuarela se ha reunido en la exposición Imaginarias (Aula de Cultura de la BBK. Elcano, 20; Bilbao. Hasta el 5 de junio), que recoge dos series creadas en los últimos diez años. El catálogo repasa, además, el conjunto de su obra sobre papel desde 1978.
Tamayo explica que trabajando con acuarela, sentado ante una mesa provoca, una relación íntima con la obra, "a la que abarcas, abrazas y envuelves tiernamente". Imaginarias es el título que comprende dos series realizadas con esta técnica (Espacios figurables, 1995-1999 y Viajes imaginarios, 2002-2005). Ambas fueron el resultado de trabajos anteriores en los que el artista abandonó la representación de volúmenes geométricos para volcarse en las superficies planas y en las líneas curvas.
La exposición reúne 70 acuarelas y un cuadro pintado al óleo, junto a objetos y herramientas del trabajo del artista. "Estas acuarelas son imaginarias, pues, aunque sus figuraciones tengan su origen en experiencias vividas en la realidad, sus formas crecen dentro del territorio de la fantasía", añade. Tamayo también recupera el otro significado de imaginaria, el soldado que hace guardia de noche velando el sueño de sus compañeros de cuartel. "Me siento un imaginaria que custodia el reposo de la tropa durmiente, que imagina sus sueños y los dibuja en la negritud de la noche".
Las dos series comparten aspectos técnicos y compositivos, a pesar de estas separadas por un paréntesis de tres años. En Espacios figurables, Tamayo ha pintado escenas aisladas, rodeadas de mar, de desierto o, simplemente, de la nada. En Viajes imaginarios, en cambio, las formas recubren toda la superficie del papel. El autor recuerda que comenzó la serie en la primavera de 2002 para descansar del trabajo con óleo que le había tenido ocupado los cuatro años anteriores. La acuarela se ha beneficiado desde entonces de la influencia de pintar en el caballete y, también, de la realización de encargos de ilustraciones con otras técnicas o con ordenador. "Mis acuarelas están resueltas con una técnica simple, ausente de misterios", asegura.
Dos etapas
El catálogo editado con motivo de la inauguración de Imaginarias recorre el fructífero trabajo de Tamayo con la obra realizada sobre papel desde 1978. En una primera etapa, el artista empleaba una amplia variedad de procedimientos técnicos, desde lapiceros de colores y rotuladores, a tinta china, aguada, témpera, acuarela y acrílico.
La segunda etapa de su obra sobre papel se inauguró en 1989, al ganar protagonismo en su creación el trabajo con acuarela. La producción, ordenada como siempre en series, abarcó temas como la arquitectura o la botánica. Con la serie Txingoteak, 1994-1995, el artista rompió con la rigidez, al plasmar los volúmenes sobre el papel, y abrió las puertas a la obra reunida en Imaginarias.
El propio Tamayo ha escrito los textos que explican detalladamente su evolución a lo largo de más de 20 años, incluyendo documentación que ilustra el proceso creativo, con esbozos de sus cuadernos de notas, iconografía de referencia y bocetos.
Tamayo se niega a aceptar que la obra sobre papel ocupe un escalón inferior a la pintura. "No califico estas acuarelas como obras menores, no son en modo alguno ensayos subordinados a la pintura de caballete. Tienen dentro de mi producción el mismo rango que un cuadro pintado al óleo y he puesto en ellos la máxima intensidad imaginativa y creativa", asegura.
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