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VICTORIA LABORISTA EN REINO UNIDO | Los partidos de la oposición

Howard renuncia como líder conservador tras ganar algo de terreno a los laboristas

Los 'tories', con 31 escaños más, abren un periodo de reflexión antes de elegir al nuevo dirigente

Michael Howard renunció ayer al liderazgo del Partido Conservador. No obstante, antes de elegir a su sucesor, los tories abrirán un periodo de reflexión. Howard ha recortado de nueve a tres puntos la distancia que separa a laboristas y conservadores en votos y de 247 a 158 la distancia que les separa en escaños, pero ese acercamiento se debe más a la caída del laborismo -acentuada por el efecto del ascenso liberal- que a una mejora de los propios tories. No obstante, Howard deja al partido en condiciones de optar a la victoria en las próximas elecciones bajo un nuevo líder.

Los conservadores parecían ayer aliviados por el resultado de las elecciones del jueves. El desplome de sus expectativas de voto en la última semana de campaña hizo temer lo peor y a primera hora de la noche electoral corrieron rumores de que los laboristas podían obtener una mayoría de cerca de 150 diputados. Los sondeos a pie de urna y los primeros resultados confirmaron la derrota tory, pero no hubo desplome.

Sin embargo, los resultados han sido mediocres. El conjunto del voto aumentó apenas un punto y se ha quedado en el 33%, muy lejos del 42% que necesitan los conservadores para optar a la mayoría en los Comunes. La mejora en escaños ha sido relativamente modesta, dado el mal comportamiento del voto laborista, y el saldo de ganancias se limita a 31 nuevos escaños, que deja el total de diputados conservadores en 197, por debajo de la barrera psicológica de los 200 representantes.

El primero en Inglaterra

Hubo también aspectos positivos. Los tories son el partido más votado en Inglaterra, con 8.086.306 votos, 64.000 votos más que los laboristas. Y vuelven a tener representación, aunque simbólica, en Escocia (1 de los 59 escaños escoceses) y en Gales (3 de 39). Y, quizás más importante con vistas al futuro, han conseguido atajar la amenaza de los liberal-demócratas, que aspiran a rebasarles y convertirse en la verdadera oposición al laborismo.

Michael Howard deja el partido tras una campaña polémica y agresiva, en la que los tories han renunciado a presentar una alternativa creíble y han optado por azuzar el miedo a la inmigración y aprovechar la impopularidad del primer ministro, Tony Blair para atacar su integridad personal. El Partido Conservador "puede ahora andar con la cabeza alta", declaró Michael Howard en Putney, al suroeste de Londres, donde los tories dieron un zarpazo de alto valor simbólico a los laboristas.

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"Tengo 63 años. Cuando lleguen las próximas elecciones, en cuatro o cinco años, tendré 67 o 68 y creo que sería demasiado mayor para llevar el partido al Gobierno", admitió. "Como no podré batallar como líder en las próximas elecciones, creo que es mejor que me retire más pronto que tarde para que el partido pueda elegir uno nuevo que pueda hacerlo", anunció.

Pero la sucesión de Howard no va a ser inmediata. A partir de ahora se abrirá un debate sobre el futuro del partido para evitar caer en una lucha de personalidades. Los conservadores van a revisar su sistema de elección de nuevo líder para asegurarse de que no se repita el error de 2001, cuando Iain Duncan Smith consiguió el apoyo de las bases, pero no tenía la confianza del grupo parlamentario, algo básico en la política británica. De acuerdo con el actual sistema, los parlamentarios eligen dos candidatos y los militantes deciden cuál de los dos será el líder.

La reforma del sistema de elección del líder es una buena excusa para que el partido se dé un periodo de reflexión sobre su futuro después de tres derrotas consecutivas. El Nuevo Laborismo le ha minado el terreno político y la opción de escorarse a la derecha, como ocurrió en 2001, y ahora ha fracasado. La eventual sustitución de Tony Blair por Gordon Brown en el Partido Laborista, que ni que sea formalmente deslizaría el laborismo una pizca hacia la izquierda, puede ayudar a los tories a centrar su posición en el arco político.

La renovación del Partido Conservador puede ser más fácil ahora que hace cuatro años. En estas elecciones se ha rebajado la edad media de los diputados y se ha abierto las puertas a la diversidad: hay más mujeres y más representantes de las minorías étnicas.

Michael Howard, junto a  su esposa, Sandra, tras anunciar su renuncia<i>.</i>
Michael Howard, junto a su esposa, Sandra, tras anunciar su renuncia.AP

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