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El desencuentro entre la ejecutiva y los concejales en el plan de Rabassa reabre la crisis del PSPV de Alicante

El plan Rabassa -proyecto para construir 15.000 viviendas en Alicante- ha dinamitado el frágil equilibrio interno de los socialistas alicantinos. El grupo municipal, con su líder fáctico al frente, el ex senador y ex secretario general local, Ángel Franco, ha cerrado filas a favor de la idoneidad del programa urbanístico y ayer se ratificó en el voto favorable a la iniciativa en el pleno del pasado martes -en esa sesión también se acordó una subida de sueldos de los concejales.

Frente al grupo municipal se ha situado el secretario general local, Juan Antonio Román. Éste, que inicialmente expresó sus reparos al plan que impulsa el PP -el proyecto se ha adjudicado al promotor local Enrique Ortiz al margen de la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)- certificó ayer su oposición al proyecto. "Mantendré mi oposición al plan Rabassa hasta el final. Confío en el apoyo de la ejecutiva federal del PSOE para que en el próximo pleno el grupo municipal vote en contra", declaró a Radio Alicante.

Román, que accedió a la secretaría general del PSPV con el respaldo de Franco, se ha distanciado de éste en los últimos meses. En contra de la opinión del grupo, Román instó al Fiscal General del Estado a que Anticorrupción ejerciera la acusación en el caso Mercalicante y luego denunció el "sí" del grupo al plan Rabassa ante el secretario federal de Política Municipal, Álvaro Cuesta. Román ha coronado su acoso a Franco con otro informe a la ejecutiva federal sobre las últimas decisiones del grupo municipal.

La ejecutiva nacional del PSPV ha encarado con tono conciliador el rebrote de la crisis de los socialistas alicantinos. Antoni Such, secretario de Política Municipal, mantendrá una reunión con ambas partes el próximo viernes.La dirección del PSPV-PSOE ha tratado esta cuestión y ha decidido que en estos momentos la labor del partido y del grupo municipal debe centrarse en la elaboración y presentación de alegaciones al plan urbanístico y, una vez se sustancie este proceso, la formación decidirá el sentido final de su voto.

Precisamente, la posibilidad de presentar alegaciones que mejoren el proyecto urbanístico es el argumento básico esgrimido por el grupo municipal para justificar su apoyo inicial al plan. Fuentes próximas a los concejales socialistas sostienen que la dirección nacional del PSPV "sí" estaba al tanto de la trascendencia del proyecto y del voto favorable del grupo. El respaldo al plan era menos unánime en el seno de la ejecutiva. No obstante, las voces en contra de la iniciativa sólo partieron del secretario general, Juan Antonio Román.

Román decidió llevar su oposición al polémico plan urbanístico primero a la esfera de la dirección nacional y, más adelante, a las instancias federales. El secretario general, que cuenta con el respaldo del grueso de diputados nacionales del PSOE por Alicante y de los militantes socialistas del ámbito de la Universidad de Alicante, ha hecho del plan de Rabassa una apuesta que le puede incluso apartar del cargo. La permanencia de Román al frente de la cúpula del PSPV de Alicante pasa por que el grupo municipal retire su apoyo al proyecto.

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Carta a los medios

Mientras, los ediles socialistas se ratificaron ayer en su postura. En la reunión del grupo celebrada en la mañana de ayer defendieron su respaldo al proyecto y cuestionaron la crítica de los medios de comunicación a su postura.La dirección del grupo pasó a la firma de los ediles una carta explicativa de su postura, que trasladarán a los medios de comunicación. "No es un escrito de protesta, sino aclaratorio", afirmó ayer un edil. La oportunidad del escrito fue cuestionada por tres de las cuatro mujeres que integran el grupo.

El plan de Rabassa no sólo ha desatado la crisis interna en el seno del PSPV, sino que mantiene en primera línea la pugna entre los dos colectivos que luchan por el control del PP en Alicante, los campistas, con el alcalde, Luis Díaz Alperi, a la cabeza, y el presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, como líder del colectivo zaplanista. Ambos colectivos mantienen una soterrada batalla por el control de los programas urbanísticos de la ciudad. La adjudicación del gigantesco proyecto de Rabassa a la promotora de Ortiz ha agudizado la pugna entre ambos sectores.

Ayer, el presidente de la Diputación recordó a Díaz Alperi que el voto a favor de los concejales zaplanistas en el pleno del pasado martes no es un cheque en blanco. Ripoll aclaró que "ahora se abre un plazo de tres meses para incorporar matizaciones y sugerencias al plan antes de su aprobación definitiva".

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