La Junta mejora su red de Educación Especial

En Andalucía hay casi 39.000 alumnos con algún tipo de discapacidad que están integrados, es decir, que estudian en centros ordinarios desde Infantil hasta Formación Profesional; pero existen otros 3.285 que padecen problemas de salud más graves y tienen que acudir a alguno de los 63 Centros de Educación Especial (CEE) que tiene la comunidad, entre públicos, privados y concertados.

La Consejería de Educación ha puesto en marcha un plan para mejorar la infraestructura de los 16 CEE públicos -a los que asisten 1.281 alumnos desde los 3 hasta los 21 años-, que supondrá la inversión de 7.558.886 euros y que estará terminado el próximo año. Todos los datos relativos al número de alumnos corresponden al final del curso 2003-2004, los últimos facilitados por la consejería.

"Lo que se ha hecho hasta el momento es el diagnóstico de la infraestructura, ahora estamos redactando los proyectos y contratando las obras", asegura el director general de Infraestructuras para la Educación, Fernando Contreras.

El plan

El Plan Integral de Accesibilidad, como le han bautizado en la Consejería de Educación, incluye la construcción de 10 piscinas terapéuticas (4 x 2,5 metros) en pabellones de 60 metros cuadrados que se levantarán dentro del recinto de los centros; la mejora de accesibilidad en aquellos edificios más antiguos que no se adapten a la normativa actual y la remodelación de algunas de sus instalaciones eléctricas, de calefacción o fontanería.

Las piscinas, según los técnicos de Infraestructuras, se instalan en 10 de los 16 centros públicos que funcionan en Andalucía, porque en los otros seis no son necesarias ya que tendrán un función terapéutica, no deportiva.

"Dos de estos centros estaban en tan mal estado que se van a construir de nueva planta: Virgen de la Esperanza de Algeciras (Cádiz) y Sagrada Familia (Huelva)", añade Fernando Contreras.

La mayoría de estos colegios especializados son comarcales -cuentan con servicio de transporte público que puede recorrer hasta una hora de trayecto para llegar al centro- y atienden a jóvenes con alguna discapacidad motórica, intelectual o sensorial. Aunque en muchos de los casos los estudiantes de CEE son polidiscapacitados.

Salvo el centro específico para sordos que funciona en Jerez (Cádiz) con 64 alumnos y el Aben-Bassó de paralíticos cerebrales que existe en Sevilla, al que asisten 92 estudiantes; en el resto conviven niños con diferentes problemas.

Cádiz, con cinco centros, es la provincia que encabeza la lista de CEE; seguida de Sevilla, con tres, y Almería y Málaga, ambas con dos. En el resto de las provincias funcionan uno sólo. El número de alumnos oscila entre el Santa Rosa de Lima de Málaga, con 184 estudiantes, y La Merced en Osuna (Sevilla), con 14. "Este plan de inversión surge de un acuerdo del Congreso de Gobierno y se materializa después en una ley de marzo de 1999 que regula la atención a las personas con discapacidad. El plan comenzó a aplicarse en 2003 y deberá estar todo ejecutado a finales de 2006", añade Contreras.

Pero, cifras aparte, lo que sorprende en Educación Especial es el entusiasmo que se respira, tanto entre los profesores como entre los alumnos, y cómo cada pequeño logro se celebra con alegría.

El gran reto que se fijan estos centros es la integración social y laboral de sus alumnos, aunque esto último es muy difícil de conseguir. Mercedes Sanroma, directora del Abén-Bassó desde 1978, asegura que durante sus años de experiencia sólo una chica, Rocío de los Reyes, ha conseguido trabajo.