Bomberos de Cádiz muestran cómo actuar en una emergencia a estudiantes
Los alumnos de 3º de ESO del Instituto Drago de Cádiz, de 14 y 15 años, creían que en todo escape de gas es mejor arrastrarse por el suelo para evitar la inhalación contaminante. Pero el jefe del parque de bomberos de Cádiz, Juan Carlos Rojas, les enseña que no siempre es así. El butano pesa más que al aire y se queda acumulado en el suelo. Avanzar a gatas podría ser mortal en este caso.
Es una de las lecciones incluidas en el curso de prevención de riesgos que los agentes antiincendios imparten por diferentes centros de la provincia con la ayuda de Protección Civil. Hay muchas cosas que aprender ante una emergencia pero existe una ley básica que hay que cumplir: antes de actuar, hay que pensar.
Más de 700 alumnos de la capital gaditana van a recibir la visita de los efectivos de seguridad. Pertenecen a 13 institutos que han solicitado este programa ofertado por el Ayuntamiento tras alcanzar un convenio con el Consorcio Provincial de Bomberos. El acuerdo ha llegado también a otros municipios de la Bahía de Cádiz.
En el Instituto Drago, los alumnos prestan mayor atención cuando Juan Carlos Rojas y el representante de Protección Civil, Gabriel Leo, exponen posibilidades de emergencia en el propio instituto. "Si suena la sirena de incendios hay que guardar silencio. Y silencio no sólo significa no hablar sino también no hacer ningún ruido con las sillas", explica Leo mientras recorre de un lado a otro el salón de actos para atraer las miradas de los estudiantes.
Los responsables de las emergencias insisten en que la clave es la calma. "Hay que seguir siempre las indicaciones del profesor y evacuar el colegio con las manos libres". Paco, uno de los alumnos, interrumpe. "¿Y las mochilas?", pregunta provocando las risas de los compañeros. El portavoz de Protección Civil no se ríe. "Si hay una emergencia, no hay que llevar nada en las manos porque las podemos necesitar para agarrarnos o auxiliar a algún compañero". "Unos cuantos folios que se caigan de una carpeta en medio de las escaleras pueden convertirse en un tobogán para los demás", añade.
Los estudiantes descubren que la disciplina puede salvar vidas y que no acatar las órdenes puede provocar una tragedia. Si los bomberos señalan un punto de encuentro, un lugar donde se reunirán todos los evacuados estén heridos o no, nadie debe abandonarlo por voluntad propia. "Quien no esté en ese punto, puede darse por desaparecido y eso provoca que se le siga buscando. Si hay un incendio, un agente puede ponerse en riesgo para tratar de salvar a una persona que, a lo mejor, no está en el lugar del fuego".
Bomberos y Protección Civil amenizan las lecciones con películas. Una escena de Poli de guardería, con Arnold Schwarzenegger, ilustra cómo debe hacerse la evacuación de un centro educativo. Un vídeo muestra cómo arde una bombona y las múltiples formas de apagar el fuego. Después de dar a conocer las claves sobre los incendios, los responsables de emergencias también enseñan qué hacer si hay un terremoto.
Previamente, Juan Carlos Rojas ha introducido la prevención de riesgos domésticos. "Si entráis en casa y oléis gas, no hay que encender las luces ni apagarlas porque puede provocar una explosión", aconseja. "Si es butano, el gas pesa más que el aire por lo que quedará condensado en el suelo. Si es gas natural, se acumulará en el techo". El jefe de los bomberos de Cádiz explica cómo es su trabajo. "Revisamos las instalaciones de discotecas, colegios y hospitales, por ejemplo. Comprobamos si cumplen las normas y vemos si las salidas de emergencia están abiertas. Os sorprendería saber la cantidad de ellas que están cerradas con candado", confiesa.
Y hay recomendaciones para salir de situaciones extremas. "¿Cómo podríais orientaros en una habitación totalmente oscura?", cuestiona en voz alta. Los jóvenes prueban con todos los sentidos humanos. La respuesta aclara las dudas. "Tenéis que llegar hasta una pared e ir rodeando la habitación hasta encontrar la puerta. Es lo que llamamos búsqueda perimetral".
Juan Carlos y Gabriel coinciden en el mismo mensaje. En una emergencia, lo principal es no perder los nervios. No hay que dejarse llevar por el pánico. Una idea que repiten para que los alumnos se vayan con la lección aprendida. "Cuanto más grave sea lo que suceda, mayor sangre fría hay que tener". Y lo explican gráficamente. "Se pierden vidas por actuar sin pensar".
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