El futuro rural
"El turismo rural está de moda". Fue una frase repetida en el congreso que sobre el particular se celebró la semana pasada en la Universidad Jaume I de Castellón. En los últimos ocho años, la oferta española de alojamiento se ha triplicado, según los datos de la profesora de la Universidad de Zaragoza Helena Giné, que traza un futuro prometedor.
El origen de este subsector de la industria hay que buscarlo, según Giné, a finales de los años sesenta, en el "turismo de retorno", fórmula utilizada para describir a los emigrados e hijos de emigrados que volvían a sus pueblos a pasar las vacaciones desde la ciudad.
A partir de los años 80, el fenómeno recibió el apoyo de las administraciones, que veían en él una forma de paliar los efectos de la crisis de la agricultura y de la despoblación. Aparecieron los programas Leader de la Comunidad Europea, y progresivamente fueron desarrollándose legislaciones autonómicas. La catalana data del año 1983 y la aragonesa de 1986, mientras la valenciana habría de esperar hasta principios de la década de los 90. Comenzó tarde, explica Giné, pero desde entonces ha progresado muy rápido respaldada por un "tremendo apoyo institucional".
Ninguna diplomatura estudia en profundidad el turismo rural, entre otras cosas, señalan sus responsables, "porque tres años dan para muy poco". Existen, en cambio, asignaturas específicas en los títulos propios de segundo ciclo que, con el proceso de la convergencia europea en la educación superior, se transformarán en Másteres de grado.
Giné, como sus compañeros al referirse al negocio turístico en general, considera imprescindible la formación reglada como forma de avanzar hacia la "cultura de la calidad". Con más razón en el ámbito rural, donde los primeros empresarios fueron ganadores y agricultores que se limitaban a ofrecer alojamiento. Hace falta, señala la profesora, introducir técnicas de gestión interna; atención al cliente y manejo de las nuevas tecnologías, partiendo de la base de que "gran parte de la comercialización del turismo rural se hace a través de Internet".
El sector ha ido incorporando actividades de carácter familiar (senderismo); deportes de riesgo (como el rafting; el puenting o el parapente) y otras de carácter cultural. Un ejemplo es el trabajo desarrollado por la fundación La luz de las imágenes en las comarcas de L'Alt y Baix Maestrat y Els Ports, donde se ha dedicado a rehabilitar, restaurar y difundir el patrimonio cultural de las poblaciones. Cinta Rodríguez, coordinadora del departamento didáctico de la fundación, anuncia que su labor se trasladará a Alicante en 2006 y a Xàtiva en 2007.
El turismo rural revitaliza la economía rural, señala la profesora Giné. Y rejuvenece su tejido social. El mercado extranjero representa entre un 20% y un 25% de las pernoctaciones (alemanes; ingleses y franceses, por ese orden). Y tiene la virtud de "desestacionalizar" la presencia de turistas, que "no vienen en agosto sino en primavera u otoño".
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