Nubes y claros
El escritor Matthew Phipps Shiel -o Felipe I de Redonda (1865-1947)- nació en la isla caribeña de Montserrat y vivió la mayor parte de su vida en el Reino Unido. Shiel fue hijo de un armador forrado y excéntrico, predicador metodista, que antes de triunfar con los fletes había prosperado con varias tiendas de ultramarinos. Este empresario compró el islote deshabitado de Redonda, a unas doce millas de Montserrat, y se lo entregó a su hijo. El obispo de Antigua ofició en la coronación de Matthew Phipps, que se convirtió así en el primer monarca de Redonda con el nombre de Felipe I.
(Como es sabido el reino de Redonda tiene actualmente un rey de origen español. Aunque hay varios individuos que se han autoproclamado monarcas de la isla, la mayor parte de los historiadores que han investigado este asunto, así como los mejores especialistas en genealogía, derechos de sucesión y casas reales extraeuropeas, después de consultar los anales redondinos y otros documentos paleográficos no menos confusos, han coincidido en que Xavier I -Javier Marías-, es el de mejor derecho y el único rey real y monárquico de Redonda).
LA NUBE PÚRPURA
M. P. Shiel
Traducción de Soledad Silió Nota previa y revisión
de Antonio Iriarte
Reino de Redonda
Barcelona, 2005
438 páginas. 20,28 euros
Shiel -o Felipe I- publicó sus primeras obras en la última década del siglo XIX. Por lo general en sus novelas y relatos combinó un ambiente apocalíptico y futurista con el gusto de fin de siglo por la intriga de terror. Con semejante cóctel no es de extrañar que sus obras recibieran elogios de Lovecraft. Uno de sus volúmenes de cuentos, El príncipe Zaleski (1895), sigue considerándose una gran muestra del gusto tardo-victoriano por este estilo literario, y entre sus novelas La amenaza amarilla (1898) se hizo famosa porque dio con una expresión que resumía el sentir popular sobre las guerras comerciales del Reino Unido en Oriente.
La nube púrpura (1901) es una novela de ciencia-ficción. Shiel escribió la historia de un hombre indeciso que, por una serie de casualidades, se convierte en el primero en llegar al Polo Norte. Adam Jeffson, el protagonista y narrador, apenas toma decisiones y cuando lo hace siempre es en función de las expectativas que los demás han depositado en él. El terror surge cuando regresa del Polo y se encuentra con que es el último hombre vivo. Una nube púrpura -que se ha interpretado como una profecía del hongo nuclear- ha terminado con la humanidad y Adam, que vivía para los demás, tiene que enfrentarse a la soledad absoluta. Recorrerá una Europa fantasma hasta que, años después, encuentre a una joven con vida. Adam, que había estado acosado por la tentación del suicidio, se planteará ahora si convertirse en otro Adán y generar una nueva hornada de hombres o si, por el contrario, debe renunciar a la tentación de procrear eliminando a la joven. La novela, en resumidas cuentas, pasa de la narración de aventuras del comienzo a las reflexiones angustiosas de la soledad para culminar, al fin, con la relación de Adam y la joven. La prosa de Shiel es ágil, de una eficacia narrativa fuera de lo común y, además, le sucede lo que a Dostoievski: gana mucho con la traducción.
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