Llega la nieve

Lo han anunciado los periódicos: la nieve llega a Valencia. Dos pistas de 250 y 100 metros, respectivamente, permitirán practicar el esquí en Malilla. Se instalarán en un Centro de Ocio y Comercial bajo el nombre Neutopía. Ya se puede esquiar por fin en estas tierras de huertas y de playa. Se ve cubierta pues una conocida demanda de los valencianos, aburridos de este clima mediterráneo que tanto atempera nuestro mar.

Y esta nueva utopía hecha ahora realidad se la debemos a un novedoso concepto de ocio y de moderna tecnología, que oportunamente coaligados, se ofrecen a mitigar tanta monotonía. Justamente las mismas capacidades tecnológicas y los mismos planteamientos económicos, que no permitirán, por el contrario, conservar una huerta viva y cultivada, ni unas playas libres de especulación urbanística, ni pasear por barrios históricos restaurados y en condiciones óptimas de habitabilidad.

Antigua utopía autóctona y gratuita, aplastada ahora por pistas de nieve donde podría haber amplias zonas verdes urbanas, por campos de golf donde antes florecía el naranjo, por parques temáticos donde hasta hace poco se agitaba el rumor de la pinada, o por urbanizaciones salvajes en playas originariamente amplias y luminosas. Y es que todo vale, cuando todo se vale.

Que llegue pues la nieve a Valencia, y que sustituyan si les parece las palmeras por abetos. A lo mejor, se encuentran con que en respuesta a tanta "preocupación" por la ciudadanía, los habitantes de esta tierra decidimos crear una Valencia nueva en el Polo Norte. O mejor todavía, en recíproca muestra de preocupación por la técnica del esquí, decimos enviarlos a ellos allí.