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Interior se resiste a reservar plazas a ex soldados en las oposiciones al Cuerpo Nacional de Policía

Bono quiere un cupo hasta del 20%, y Alonso no admite más del 5% en cada convocatoria

Miguel González

El ministro de Defensa, José Bono, acudió ayer al pleno del Congreso para contestar una pregunta del diputado socialista Jesús Cuadrado sobre el "paso de un Ejército de leva obligatoria a un Ejército profesional".

Se esperaba que el ministro pusiera de relieve los graves problemas que aquejan a la profesionalización de las Fuerzas Armadas y que anunciase la aprobación, el próximo viernes, de la Ley de Soldados y Marineros. Bono hizo lo primero, pero no lo segundo, pues no tenía la seguridad de que el Consejo de Ministros dé luz verde mañana a la ley que pretende hacer la profesión militar atractiva para los jóvenes.

Como ya ocurriera con el proyecto de Ley Orgánica de la Defensa Nacional, actualmente a trámite en el Congreso, varios ministerios pusieron objeciones a la nueva ley cuando se debatió ayer en la Comisión de Subsecretarios. Los reparos más importantes procedieron de Interior, aunque también los hubo de Hacienda y Administraciones Públicas.

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Interior se opuso a la pretensión de Defensa de que se reserve un cupo de plazas para soldados en las convocatorias de ingreso al Cuerpo Nacional de Policía, como ya se hace en la Guardia Civil. Interior, que sabe que una medida de este tipo tendría la oposición frontal de los sindicatos, alega que la Policía Nacional es un cuerpo estrictamente civil, al contrario que la Guardia Civil, y que la formación militar de los soldados no tiene nada que ver con el trabajo policial. Defensa replica que los soldados que ingresaran en la policía habrían dejado de serlo y recibirían una formación de carácter policial, igual que los aspirantes civiles.

Policías locales

Defensa no espera que el Cuerpo Nacional de Policía sea una salida cuantitativamente importante para los soldados profesionales. En cambio, tiene más esperanzas en futuros convenios con los grandes ayuntamientos, para que faciliten el ingreso de los ex militares en las policías locales.

Pero Bono sabe que ni siquiera a su amigo Francisco Vázquez, alcalde de A Coruña y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), puede pedirle que otorgue a los ex militares un trato más favorable que el que su compañero de Gabinete, José Antonio Alonso, les conceda en el Cuerpo Nacional de Policía.

De ahí que Defensa insista en que Interior reserve a los soldados un cupo de plazas, que sirva como modelo para policías autonómicas y locales, y no una mera puntuación en el baremo de las correspondientes oposiciones.

La pretensión de Defensa era que Interior reservase hasta el 20% de las plazas de ingreso en el Cuerpo Nacional de Policía a soldados y marineros profesionales con al menos cinco años de servicio. Interior contraofertó con el 5% de las plazas, el mínimo posible. Para que el Gobierno apruebe mañana el anteproyecto será preciso que los dos ministerios se pongan de acuerdo.

Más fácil parece superar los reparos de Hacienda. Bono dijo ayer en el Congreso que la profesionalización del Ejército "no puede hacerse a coste cero", como pretendió el PP cuando suprimió la mili obligatoria, en 2001.

La principal novedad de la ley es la creación del llamado "compromiso de larga duración", que permitirá a los soldados seguir en activo hasta los 42 años de edad. Entonces pasarán a la llamada "reserva de especial disponibilidad" y percibirán entre 7.304 y 8.116 euros anuales (en función de que hayan cumplido 18 o 22 años de servicio), hasta su jubilación. Esta retribución (entre el 45% y el 50% del haber regulador del grupo D de funcionarios) será compatible con un empleo privado, pero no con un sueldo público o el subsidio de desempleo.

Durante sus 23 años en la reserva, cada ex soldado percibirá en total de 168.003 a 186.670 euros, por lo que si cada año se incorporasen a esta situación mil personas (una estimación mínima, pues sólo supone el 10% de los que ahora ingresan anualmente en las Fuerzas Armadas) el coste oscila entre 168 y 186 millones. Hacienda admite que Defensa necesitará más dinero para atender este compromiso, a pesar de que no alcanzará toda su dimensión hasta dentro de dos décadas.

José Bono.
José Bono.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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