Defensa crea un grupo para controlar el alquiler de aviones

El Estado Mayor de la Defensa contará con "un grupo de inspección sobre contrataciones que llevará a cabo las inspecciones necesarias para el control de los medios de despliegue contratados". Ésta es una de las novedades de la reorganización del Estado Mayor de la Defensa, que el ministro José Bono encargó al jefe de la cúpula militar, general Félix Sanz, tras la investigación sobre el caso Yak-42.

Aunque el general Sanz dijo en el Senado, el pasado 20 de diciembre, que la reorganización del Estado Mayor de la Defensa era consecuencia de la Revisión Estratégica de 2003 y no tenía "nada que ver" con las irregularidades que rodearon el alquiler del Yak-42, en el que murieron 62 militares españoles, la orden ministerial publicada ayer en el BOE incluye la creación de un grupo que inspeccionará los medios contratados para el despliegue de las Fuerzas Armadas; es decir, aviones y buques de transporte.

El preámbulo de la orden es más explícito al señalar que "los problemas existentes en el transporte de tropas al exterior, que se pusieron en evidencia como consecuencia del accidente del Yakovlev-42, han aconsejado adoptar medidas para mejorar la gestión de las contrataciones y los mecanismos de inspección y control [...], con la finalidad de conseguir el mayor nivel de seguridad en el despliegue de nuestros soldados".

Por lo demás, tal como adelantó el general Sanz, la reorganización del Estado Mayor de la Defensa presenta, como aspectos más relevantes, la creación del Mando de Operaciones, que será responsable del "planeamiento y ejecución y el seguimiento de las operaciones conjuntas, combinadas y específicas", salvo las permanentes en tiempo de paz, como el control del espacio aéreo.

Aunque aún no hay decisión, el más firme candidato para el puesto de comandante del Mando de Operaciones es el teniente general Juan Yagüe, jefe de la Fuerza Logística Operativa del Ejército de Tierra y capitán general de La Coruña.

Se crea también el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), que facilitará al ministro de Defensa y a las autoridades militares "la inteligencia militar precisa para alertar sobre situaciones de interés militar con riesgo potencial de crisis procedentes del exterior y prestar el apoyo necesario a las operaciones".

El CIFAS elaborará la inteligencia "en los niveles estratégico y operacional" y dirigirá la explotación de los satélites espía y sistemas de guerra electrónica. Las divisiones de inteligencia de los ejércitos, que dependerán funcionalmente del CIFAS, se ocuparán de la inteligencia táctica; es decir, asociada al despliegue de unidades.

El CIFAS "formará parte de la Comunidad de Inteligencia", según la orden, y será complementario del servicio secreto CNI, que "supervisará el Plan Conjunto de Inteligencia Militar y dará las directrices que procedan a los efectos de coordinación y cooperación".

También se crea la Unidad de Transformación de las Fuerzas Armadas, que se encargará del "estudio de nuevos conceptos organizativos y de doctrina, así como de la implantación de nuevas tecnologías" y será interlocutor del Mando de Transformación de la OTAN, con base en Norfolk (EE UU).

La reorganización del Estado Mayor de la Defensa supondrá un limitado incremento de plantilla, de sólo unos 30 efectivos, pues los nuevos organismos absorberán a los que desaparecen, como las divisiones de operaciones e inteligencia del Estado Mayor Conjunto.