Masificación en el IES Al-Ándalus
Desde hace años el IES Al- Ándalus, de Almuñécar (Granada), viene sufriendo la masificación: tenemos 650 alumnos en un centro que fue construido para 400. Año tras año, los profesores, los padres y los alumnos han visto cómo la Administración parcheaba el problema e iba transformando en aulas espacios destinados a otros usos.
Al no quedar una sola aula libre en la mayor parte del horario escolar, cuando llueve y hay dos grupos dando clase de Educación Física, uno de ellos debe permanecer en el porche o en los pasillos. El salón de actos fue tabicado para convertirlo en dos aulas. Si quieren celebrar alguna actividad, como una conferencia, charla, película, los alumnos se ven obligados a bajar las sillas desde las aulas hasta el gimnasio y devolverlas a su sitio al terminar la actividad, ocasionando grandes molestias a los grupos que están en clase. No existe un lugar adecuado donde poder recibir a los padres, por lo que a veces los profesores se ven obligados a realizar una verdadera peregrinación hasta encontrar un espacio vacío donde poder atenderlos.
Hay que añadir la pérdida de tiempo y la peligrosidad que supone cada cambio de clase. Los alumnos tienen que cambiar de aula, arrastrando con ellos sus enseres. Los pasillos y escaleras se convierten en lugares intransitables y peligrosos. Al carecer de escalera de incendios, una situación de emergencia se podría convertir en una catástrofe. El claustro de profesores y el Consejo Escolar han trasladado estas quejas a la Administración y la respuesta ha sido que ésta era una situación transitoria hasta que se construyera el nuevo Instituto de Secundaria
Si la Administración persiste en mantener su propuesta, se demostrará que la calidad de la enseñanza se queda en los papeles y cuando interesa no se cumplen las leyes que ellos mismos han aprobado, ya que por ley está establecido que en un centro de secundaria el número de aulas polivalentes debe ser igual al número de grupos, y estas aulas han de tener unas dimensiones específicas. Los políticos se vanaglorian de estar dotando de ordenadores a los centros como señal de progreso, pero pocas veces salen a la luz las carencias de las cosas más elementales. Las nuevas tecnologías son imprescindibles. Pero lo son mucho más las aulas.
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