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Putin asegura que Rusia desarrollará el sistema democrático a su manera

El presidente ofrece ventajas fiscales y garantías jurídicas para atraer inversiones

Pilar Bonet

Rusia se propone crear condiciones claras y estables para los inversores nacionales y extranjeros, incluida una posible amnistía para el dinero negro que retorne al país. No obstante, en cuanto al sistema político, el presidente Vladímir Putin dijo que lo desarrollará a su propio ritmo y según la visión que sus dirigentes tienen de la democracia. Éste es el principal mensaje transmitido ayer por Putin en su discurso anual sobre el estado de la nación, en el cual ignoró los problemas molestos, desde la revolución naranja en Ucrania hasta la expoliación de Yukos en Rusia.

La ofensiva de captación de inversores tiene tres componentes. Además de una amnistía de hecho, Putin ofreció una clara delimitación del ámbito vetado al capital extranjero, por razones de seguridad, y una reducción de 10 a 3 años del plazo que cualquier persona, física o jurídica, tiene para solicitar la revisión legal de una adjudicación o adquisición de una empresa o propiedad.

Para estimular la vuelta de los capitales rusos del extranjero, Putin propuso que sus conciudadanos puedan declarar de forma simplificada las fortunas acumuladas y traerlas al país a condición de pagar el impuesto sobre el beneficio (un 13%) e ingresarlas en cuentas bancarias nacionales. "Este dinero debe trabajar para nuestra economía y nuestro país, en lugar de estar en paraísos fiscales", señaló.

Abogando por una clarificación legal de criterios sobre los sectores restringidos al capital extranjero, Putin se refirió a empresas de defensa, yacimientos de materias primas de importancia estratégica y monopolios de infraestructuras. La lista de los sectores bajo control nacional y estatal "no deberá ampliarse ni interpretarse de forma extensiva", señaló. Los inversores "no necesitan de misterios" y su dinero "irá sólo allí donde haya estabilidad y reglas de juego claras y comprensibles".

Putin se aseguró las simpatías de muchos rusos proponiendo suprimir el impuesto sobre las herencias, un asunto que enfrentaba al Gobierno, ansioso de gravar la transmisión de patrimonio, con el partido Rusia Unida, que se oponía a ello. En cambio, no dio respuesta a los principales temores sociales; es decir, a las consecuencias de la reforma de los sistemas de sanidad, educación y vivienda. Tampoco satisfizo a los especialistas, que desean un programa estratégico para asegurar el desarrollo cuando mengüen los petrodólares que hoy inundan las arcas del Estado.

A principios de año, la caótica reforma del sistema de prestaciones sociales hizo que los jubilados salieran a la calle a protestar. Sin embargo, Putin ignoró ayer el malestar provocado por las reformas y prometió mejoras salariales a maestros, médicos, militares, científicos y trabajadores del mundo de la cultura. Afirmando que 12 de las 18 categorías del sistema de remuneración del sector público cobran salarios inferiores al nivel de pobreza, prometió a estos sectores un aumento de su capacidad adquisitiva del 50% como mínimo en los próximos tres años. Está por ver cómo se reflejará esto sobre la inflación, que se ha disparado a un 5,3% en el primer trimestre debido a los desembolsos extra de la Administración para calmar el malestar social generado por las reformas. Para 2005, el Gobierno ha previsto una inflación del 8,5%. El ministro de desarrollo económico, German Gref, reaccionó al mensaje presidencial con distanciamiento. "Lo más importante es intentar realizarlos en la práctica", dijo refiriéndose a los planes para atraer inversiones.

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Funcionarios corruptos

Putin insistió en que el fisco ruso "no tiene derecho a aterrorizar a la economía" con inspecciones reiteradas y afirmó que deben encontrarse formas de cobrar los impuestos atrasados que no "destruyan la economía y no pongan en un callejón sin salida a las empresas". Reconoció que existe un funcionariado corrupto, ansioso de llenarse los bolsillos y que ejerce en ocasiones la "extorsión abierta".

La desintegración de la URSS fue la "mayor catástrofe geopolítica" del siglo XX y un "verdadero drama para los rusos", señaló, en craso contraste con la política oficial de principios de los noventa, cuando la "liberación" de Rusia del imperio formaba parte del programa democratizador de Borís Yeltsin. Putin aseguró sin embargo que Rusia ha elegido la democracia y que "ella misma decidirá de qué manera, teniendo en cuenta sus características históricas y geopolíticas y otras, puede asegurar la realización de los principios de libertad y democracia".

Refiriéndose a los nuevos miembros de la OTAN y de la Unión Europea, el presidente manifestó su esperanza de que éstos muestren en la práctica su respeto por los derechos humanos, incluido el derecho de las minorías nacionales. "No tienen derecho a exigir la observancia de los derechos humanos los que no los respetan y no pueden garantizarlos", dijo aludiendo a las minorías rusas que, según el Kremlin, son discriminadas en los Estados bálticos.

Un grupo de periodistas sigue a través de un televisor la intervención de Vladímir Putin.
Un grupo de periodistas sigue a través de un televisor la intervención de Vladímir Putin.EFE

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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