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Reportaje:

Ben Gordon es cosa seria

El novato de los Bulls se consagra con una gran actuación en la victoria sobre los Wizards

El novato Ben Gordon ha devuelto a Chicago el entusiasmo por los Bulls, el equipo que parecía destinado a una eterna miseria tras la marcha de Michael Jordan. Fueron seis títulos de la NBA y la certeza de que el mundo miraba siempre a Chicago y a su incomparable estrella. Cuando comenzaron a pesar los años y las divergencias con algunos dirigentes de la franquicia, fundalmentalmente con Jerry Krause, el director deportivo, los Bulls se enfrentaron al peor horizonte posible: un futuro sin Jordan. Es decir, una maldición. Pero el desastre ha terminado. Por primera vez desde la marcha de Jordan, en 1998, los Bulls disputaron ayer un partido de la fase final. Y lo ganaron. Vencieron (103-94) a los Wizards de Washington gracias a las asombrosas actuaciones de Andres Noccioni, el alero argentino procedente del Tau, y del jugador que se adivina como una nueva estrella: Ben Gordon.

Noccioni anotó 25 puntos y capturó 18 rebotes, la cifra más alta alcanzada por un novato en la historia de las fases finales. El público coreó su nombre mientras reservaba todo su asombro a una nueva actuación estelar de Gordon, cuyo trabajo es romper los partidos en los momentos decisivos.

Gordon, de 22 años y 1,88 metros, nacido en Londres y criado a 35 kilómetros de Nueva York, fue elegido en el draft del pasado año por los Bulls. Inmediatamente se abrió un debate. Algunos analistas le consideraban un gran proyecto de jugador. Atlético, muy veloz, con una gran facilidad para anotar desde todas las posiciones, inteligente para jugar y atento para aprender. Todo eso había sido Gordon en la Universidad de Connecticut, con la que ganó el título universitario en la temporada 2003-04.

Otros creían que Gordon era demasiado pequeño para jugar de escolta, o sea para enfrentarse a gente como Kobe Bryant o Tracy McGrady, que se acercan o superan los 2 metros. Los escépticos tampoco le atribuían las condiciones de un base puro. En muchos foros se calificó de error la elección de los Bulls y a Gordon se le pronosticó una mediocre carrera.

Un pésimo comienzo de curso dio razones para pensarlo. Hasta que Scott Skiles, el entrenador, comenzó a utilizarlo como reactivo. Le convirtió en el sexto hombre. De repente, Gordon comenzó una escalada vertiginosa. No sólo recordaba a Vinnie Microondas Jones, el escolta que anotaba como una ametralladora en los viejos Pistons de Detroit, sino que su producción se multiplicaba en los momentos decisivos de los partidos.

Sus 15,1 puntos de promedio han dicho menos que un dato absolutamente revelador: 22 veces había anotado más de diez puntos en el último cuarto. Era el mejor de la Liga en este valioso apartado. Los Bulls habían descubierto un arma letal en su temible novato. Lo volvió a confirmar en la victoria sobre los Wizards. Sumó 30 puntos, con 11 en el último cuarto, y nadie pudo detenerle. No fue Jordan. Fue Gordon. Pero a los hinchas de los Bulls les pareció lo mismo.

Ben Gordon elude a Larry Hughes.
Ben Gordon elude a Larry Hughes.ASSOCIATED PRESS

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