Inesperado bofetón de la Real al Betis

El tópico asegura que algunas derrotas dejan a los profesionales y los aficionados de los clubes que las encajan "con cara de tonto". Si carecer de expresión en el rostro, la boca formando un pequeño círculo, los párpados a medio camino y ese aire que parece que se le va a llevar a uno un coche por delante en cualquier momento, es tener esa cara, pues a los béticos ayer se les quedó tras el partido que ganó la Real en Heliópolis.

El equipo dirigido por Llorenç Serra Ferrer contaba ya en su zurrón mental e ideal con los puntos que ayer se disputaban en su casa. Tras el exigente partido de ida de la semifinal de Copa del pasado jueves contra el Athletic, el de la Real parecía más de trámite. Y no se debe de ver como un menosprecio a su calidad, sino que simplemente los de Donosti no se jugaban nada.

Al poco de salir, Labaka remató flojo y perfecto un saque de esquina y metió el balón por la escuadra larga. El Betis se dio cuenta entonces de que no iba a ser un trámite. Joaquín jugó un grandísimo partido. Serra Ferrer le colocó más hacia el interior para así, dejar hueco a Varela. Total, la Real jugó con tan sólo Kovacevic en punta. En el minuto nueve, Joaquín se coló, fantástico, en diagonal, tiró raso y Alberto sólo pudo rechazar a los pies de Benjamín, en fuera de juego. Se coló el extremo rubio todas las veces que quiso.

Alberto volvió a evitar un gol cantado a tiro de Oliveira. Pero, honestamente, a la Real no le hizo falta mucho para aguantar el arreón bético. El gran trabajo de su línea media -especialmente el jugador más defensivo de ésta, Mladenovic-, la movilidad de Aranburu y la velocidad de Uranga fueron suficientes. El Betis jugaba correctamente, muchas veces muy bien, pero, aunque no se les podría tildar de lentos, sus movimientos carecieron de la velocidad para decidir.

Al poco de comenzar la segunda mitad, Assunção dio un pase larguísimo a Joaquín que con muchísima clase pisó área, se revolvió y marcó pegado al poste. Poco después Oliveira se aprovechó de la casta de Edu y de los malabarismos de Fernando y batió a Alberto. Parecía que todo había acabado. Pero el Betis no está ni rápido, ni lento, sino todo lo contrario y a la Real, con su juego honesto y con sus tres goles de cuatro tiros, acrecentó las dudas de un equipo que remató más de 15 veces claras y sólo metió dos.