"Ha sido uno de mis mejores combates"
Alonso explica que antes de la carrera se había hablado de cambiar su motor porque tenía algunas partes dañadas
Los tres dedos que Fernando Alonso levantó desde que cruzó la meta hasta que se bajó del podio tenían un significado especial. No sólo eran la demostración palpable de que acababa de ganar su tercera carrera consecutiva y la cuarta de su vida, sino que delataban también el sufrimiento vivido para mantener a Michael Schumacher detrás durante 12 vueltas. "Fue probablemente uno de los mejores combates que he librado", dijo Alonso en su conferencia de prensa internacional. Luego, en privado, para la española, matizó: "Los sentimientos más bonitos que pasaban por mi cabeza eran por la victoria, no por el duelo con Schumacher, pues he tenido otros mejores, como con Button el año pasado en Hockenheim". Sin embargo, la pugna que dirimieron fue considerada como el mejor aliciente que ha tenido el Mundial en los últimos años.
Alonso tenía motivos para sentirse tan satisfecho como demostró. Especialmente, porque desveló que el motor de su Renault no estaba en las mejores condiciones cuando comenzó el gran premio. "Antes de empezar estuvimos hablando de cambiarlo porque tenía algunas partes internas dañadas de la primera carrera [la de Bahrein, que también ganó]", explicó; "así que al principio pensé que sería un éxito acabar entre los cinco primeros. Luego, cuando comprobé lo bien que funcionó en la cronometrada, pensé que podía subir al podio. Pero nunca creí que me permitiría ganar".
También confesó Alonso que le sorprendió ver por el retrovisor lo cerca que tenía a Michael Schumacher a falta sólo de 12 vueltas para la conclusión de la carrera. "Pensaba que, tras su error en la cronometrada, estaba ya todo hecho; que no había que contar con él. Pero se deshizo del tráfico y se convirtió en una amenaza. Tenía la esperanza de que Button iba a frenarle, pero no pudo. Y, de golpe, le encontré detrás de mí, intentando pasarme". Ése fue uno de los momentos más difíciles para Alonso porque Schumacher conducía un segundo más rápido por vuelta. "Le estuve observando para ver dónde iba a intentar pasarme. Sabía que era casi imposible en este circuito si yo no cometía errores. Pero sacó el morro en la séptima curva y volvió a hacerlo al final de las rectas largas. Sin embargo, allí busqué colocarme bien y cerrarle las entradas. Además, Schumacher tampoco es un piloto 10 ni muy agresivo en los adelantamientos. Me habría dado más miedo tener detrás a Sato".
Las próximas carreras parecen favorecer a un Alonso que correrá en casa el próximo día 8 y a un Renault que se adapta mejor al circuito de Montmeló que al de Montecarlo. "Este año tengo suerte y la gente me alaba porque gano. Pero Michael está ahí y Kimi Raikkonen se estaba yendo al principio. Tengo un porcentaje muy bajo de posibilidades de ganar carreras a día de hoy", concluyó el español.
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