"Aspiramos a ser el líder en el calzado de confort"

Cuatro años después de su entrada en España, nuestro mercado es ya el tercero en el ranking de ingresos de Geox, tras Italia (su mercado interior) y Alemania. La firma, con sólo 10 años de vida, se ha convertido en la cuarta empresa mundial por cifras de ventas en el segmento de calzado de confort. Su revolucionario concepto empresarial, basado en la tecnología en lugar del diseño, tradicional punto fuerte de la moda italiana, le ha granjeado este auge inusitado.

En noviembre, cotizó por vez primera en la Bolsa de Milán y su presidente, Mario Moretti, anuncia el primer reparto de dividendos (0,06 euros por acción) para mayo, tras crecer el valor en torno al 40%. La innovación de Geox consiste en unos zapatos cuyas suelas, a la vez, transpiran y son impermeables. Su máximo responsable, propietario del 71% que no está en Bolsa, no para de recoger premios por cambiar la idea preestablecida que sobre las empresas italianas existe en el mundo. Presente en 68 países, sus ventas globales superan los nueve millones de pares de zapatos.

"Nuestro éxito se basa en que gastamos mucho en innovación: el 3% de nuestros ingresos va a parar a la investigación"

Pregunta. En 2003, Francia era su tercer mercado. Ahora es España. ¿Qué proyectos tienen aquí?

Respuesta. En marzo abrimos en Valencia la séptima tienda española y antes del verano estará abierta otra más en Barcelona. No obstante, más que la venta directa nuestras tiendas propias lo que buscan es ofrecer un gran expositor en las mejores zonas de las grandes ciudades con todos nuestros productos. Nuestros canales de ventas principales son tiendas de terceros y grandes distribuidores, como El Corte Inglés. Por otro lado, queremos que en 2006 nuestras chaquetas respirables, basadas en los mismos principios que el calzado, se vendan en todas las tiendas españolas que lo pidan. Ahora sólo se pueden encontrar en las nuestras.

P. ¿Han conseguido evitar las ventas de falso calzado de imitación?

R. Ésa es una de las claves de nuestro auge, ya que lo primero que hice cuando se me ocurrió la idea de las membranas, permeables al vapor que generan los pies e impermeables al agua del exterior, fue registrar la patente. Desde entonces tenemos 30 patentes registradas. Esto nos blinda e impide que puedan copiarnos. En la sede central en Montebelluna (Italia) tenemos 15 ingenieros que se dedican sólo a la investigación pura y cuatro escuelas de formación tecnológica y empresarial para licenciados en ingeniería, química y economía.

P. ¿Cuáles son sus principales competidores?

R. Nuestra ventaja es que no tenemos competidores directos, ya que nadie hace zapatos de marca como los nuestros, basados en una patente tecnológica. Por eso, y porque el 90% del calzado mundial aún emplea las suelas de goma tradicionales, podemos decir que aspiramos algún día a ser los primeros vendedores mundiales en el segmento del confort.

P. ¿Cómo vislumbra el futuro inmediato?

R. La cartera de pedidos para la colección de primavera-verano nos señala un crecimiento de un 30% en relación al mismo periodo de 2004. Las cifras invitan a la esperanza. Otro evento importante se producirá en septiembre, cuando abramos en Nueva York la mayor tienda de Geox en todo el mundo.

P. ¿A qué se debe que, mientras la economía italiana se mueve en magnitudes bajas o negativas, Geox no pare de crecer?

R. A que no somos una firma de calzado tradicional, sino una empresa de tecnología que aplica sus innovaciones a los zapatos y, últimamente, al vestido. Nuestro éxito se basa en que gastamos mucho en innovación. El 3% de nuestros ingresos va a parar a investigación. Gracias a eso, las ventas de Geox subieron en 2004 un 34% y los beneficios netos un 15,5%, en un año en el que las ventas de calzado italiano bajaron, en conjunto, un 11%.

P. ¿Recurren a la desloca-lización para la parte más intensiva de la producción?

R. En la sede central trabajan 500 personas. Allí se realizan los prototipos de los productos. El resto de los 5.000 empleados está distribuido en 28 centros en diferentes países, especialmente en Eslovaquia y Rumania.