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Reportaje:TENIS | Final española en el Torneo Conde de Godó

Nadal-Ferrero, no va más

Expectación máxima ante el duelo de dos jugadores que representan dos mundos

Jordi Quixano

El Trofeo Godó tendrá hoy una final de aúpa no sólo porque se medirán dos tenistas españoles, lo que ocurre por quinta vez, sino porque se trata de dos muy diferentes. Uno es Juan Carlos Ferrero, que ayer volvió a dejar constancia de que ha recuperdo su mejor versión, la que le situó en el escalón más alto del ránking ATP (noviembre de 2003), al vencer con más facilidad de la prevista al ruso Nicolay Davydenko (7-6 y 6-1). El otro es Rafael Nadal, que confirmó su óptimo estado físico y psicológico tras barrer en poco más de una hora al checo Radek Stepanek (7-5 y 6-2), lo que le llevará al séptimo u octavo puesto de la clasificación según el resultado del estadounidense Andre Agassi en Houston. Ambos se sienten más cómodos sobre la tierra que sobre cualquier otra superficie, pero han pasado 14 meses desde que Ferrero disputara su última final (Rotterdam, en febrero de 2004) y apenas una semana desde que Nadal venciera en la de Montecarlo.

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Ferrero tampoco puede con la fuerza de Nadal

"A Ferrero le gusta jugar de forma más agresiva, sobre la línea. Nadal, en cambio, puede recuperar más bolas, situarse un par de metros por detrás de la línea. Aunque eso no quita que, de vez en cuando, realice unos drives espectaculares", asegura Emilio Sánchez Vicario, ex tenista y campeón en 1991. De ahí, quizás, que usen distinta tensión del cordaje. "Ferrero lo pone a 24 kilos y Nadal a 25. A más kilos, más control; a menos, más potencia", explica uno de los encordadores. También difieren en la cantidad de raquetas encordadas: el valenciano lleva 24 y el mallorquín 15. "Cambian tanto porque, a pesar de que no la usen un día, con las horas pierde elasticidad", añade.

No sólo se distinguen en la edad (Ferrero, 25 años; Nadal, 18) y en el juego, sino que también lo hacen en el modo de comportarse dentro de la pista. Se concentran al máximo, escudriñan con sus ojos y golpes los puntos débiles de rival y se dejan todo sobre la cancha. Pero, mientras Ferrero es parsimonioso en su andar entre punto y punto, Nadal es la agitación en persona. Ferrero trata de no exteriorizar sus sentimientos y apela al autocontrol. Nadal, todo lo contrario: grita para motivarse y celebra los puntos importantes con un especial ímpetu.

En cuestión de ropa, más de lo mismo. Mientras Ferrero viste todo de negro, de corte clásico, Nadal lleva un atuendo de lo más llamativo. No en vano usa pantalones pirata y una camiseta naranja fluorescente y sin mangas. Eso se nota en las ventas. "Lo que toca este niño lo convierte en oro. Vendemos entre diez y veinte conjuntos diarios como el suyo", asegura el encargado de la tienda Nike -la marca que patrocina a Nadal- que hay en el torneo. "La verdad es que su imagen no atrae demasiado", se escucha por los alrededores del stand de Sergio Tacchini, la marca que viste a Ferrero.

Sí coinciden en el tiempo de entrenamiento durante el trofeo. "Unos tres cuartos de hora al día antes del partido", afirman Antonio Martínez Cascales y Toni Nadal, sus entrenadores. También se cuidan igual. "Antes y después del partido vienen a darse un masaje. Pero ninguno ha pedido algo especial, por lo que están en buena forma física", asegura el jefe de los servicios médicos del trofeo, el doctor Vilaró.

El único enfrentamiento entre ambos, este año en Valencia, se lo adjudicó Nadal por 6-2 y 6-1. Pero, sea quien sea el vencedor, el espectáculo está garantizado. Como el aforo. "No quedan entradas", cuenta el taquillero. "No me extraña. Es una final con morbo", explica Sanchez Vicario; "Ferrero lo ha ganado todo y Nadal, en cierto modo, es el que le ha quitado el sitio. Al menos, el mediático".

Hoy, a las 15.30 horas (La 2 y Teledeporte), la pista central del RCT Barcelona medirá a dos españoles que no se parecen más que en su ilusión por vencer.

Rafa Nadal (a la izquierda) y Juan Carlos Ferrero, en sendas devoluciones.
Rafa Nadal (a la izquierda) y Juan Carlos Ferrero, en sendas devoluciones.EFE

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