"Es que damos asco de lo contentos que estamos"

El televisivo José Corbacho (L?Hospitalet, 1965) ha saltado al cine para contar en Tapas los problemas y esperanzas de los personajes del barrio en el que creció. Parte fundamental del equipo creativo de El Terrat, líder del programa Homo zapping, y showman de Buenafuente, Corbacho se muestra ilusionado con su nuevo juguete pero corrosivo como acostumbra.

Pregunta. Al salir del pase de prensa uno de los comentarios fue "linda, pero sin muchas pretensiones", ¿qué contesta?

Respuesta. Estoy de acuerdo. "Lindo" me recuerda al lindo gatito de los dibujos animados de la Warner y el mejor cine siempre es el que se presenta sin pretensiones.

P. ¿Le preocupa que el público juvenil acuda con sed de reírse y no entienda sentimientos del filme como la ternura?.

R. No me preocupa porque sé que será así. Para bien o para mal, la gente tiene una imagen de El Terrat, y Tapas es un proyecto muy distinto, pero no estaré en la entrada del cine con un micro gritando "esto es diferente". Me interesa la opinión del público cuando salga, no antes. Sí me inquieta saber si habremos tocado alguna fibra y si hay momentos para la emoción.

P. ¿Qué supone estar presentes en el festival?

R. No era ni consciente de lo que era un festival y espero que los primeros imputs sean buenos. Tampoco somos muy conscientes de que hay un jurado y un público, pero que viva el carpe diem. Es una experiencia muy chula. A tres horas del pase con público estoy deseando ver la impresión de la gente. Acabamos de llegar a esta movida y todo lo que nos pase es positivo. Es que damos asco de lo contentos que estamos.

P. ¿De todas sus parodias, con qué personajes se divierte más?

R. Con Garci me he podido meter y crear un personaje propio, además de servirme para poder fumar en el plató. Pero también con Cristina García Ramos, que ha explotado mi vena femenina. Hay leyendas urbanas de quejas de gente como Ana Igartiburu o María Teresa Campos, pero son sólo leyendas, porque nadie se ha mosqueado tanto como para retirarnos la palabra.

P. ¿Y usted ve mucha televisión?

R. Soy muy teleadicto, pero me gusta la variedad y no eliminaría ningún programa. No soporto que la parrilla se parezca tanto y a menudo el corazón lo salpica todo. Soy un enamorado de la ficción más que de la realidad. Para ver la realidad ya está la ventana del salón.

P. ¿Cuáles son sus referentes como estrellas televisivas?

R. Me quedo con dos comunicadores natos, Sardá y Buenafuente, dos fenómenos de la televisión. Pero también con Jorge Javier Vázquez, del programa Aquí hay tomate, que es mi Dark Vader particular, mi lado oscuro.

P. ¿Está Homo zapping a la vanguardia televisiva?

R. En televisión siempre estamos reinventando porque todo viene ya mascado de Estados Unidos y Japón. Hommo zapping es un programa de mucho guión, e igual sí que ha sido una punta de innovación, porque programas de sketches siempre ha habido, pero no de parodias de sketches.

P. ¿Fue el dúo de directores esa pareja de veinteañeros fiesteros protagonista de su filme?

R. Igual inconscientemente sí, pero hemos conocido a demasiados Lolos, Doña Conchi y Opos para representar nosotros a esa pareja exclusivamente.

P. ¿Espera críticas feroces o edulcoradas de sus vecinos?

R. Si mis vecinos se pusieran en contra sería incoherente, porque ellos mismos son los figurantes. En Tapas huimos del tópico de barrio gris y quisimos ser más realistas, y por tanto más optimistas.