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Reportaje:MAZDA 3 SPORTSEDAN 1.6 CRDT SPORTIVE / VOLVO S40 1.6D KINÉTIC | CARA A CARA

El Mazda 3 gana por precio y equipamiento

Dos berlinas de medidas compactas para aparcar sin grandes agobios en ciudad y con espacio suficiente para atender las necesidades de una familia media. Y un resultado final muy cercano al empate técnico que se resuelve por tan sólo un punto de diferencia a favor del Mazda 3 frente al Volvo S40. El modelo japonés impone un precio más competitivo que compensa la superior calidad de conjunto del modelo sueco. Pero los dos aportan un estilo propio y soluciones diferentes que los pueden convertir en la propuesta más apropiada según los gustos y exigencias de cada comprador.

Dos marcas con aspiraciones

Mazda y Volvo son dos marcas minoritarias que aspiran a competir con los fabricantes alemanes de prestigio, como Mercedes, Audi o BMW. De momento están posicionadas un escalón por debajo, a medio camino entre éstos y las marcas más populares, como Renault, Ford... Así, Mazda ha destacado siempre por sus originales diseños, su refinamiento mecánico y su estilo deportivo, tres factores que la han distinguido del resto de las marcas japonesas. Volvo, en cambio, ha sido el icono de la seguridad en la industria del automóvil, y su imagen robusta, evolucionada ahora hacia un estilo más dinámico, le ha permitido labrarse una imagen seria y prestigiosa.

Estas dos marcas, integradas ahora en la órbita del Grupo Ford, explotan su limitada capacidad de producción para ofrecer un toque de exclusividad que las distingue del resto. Pero mientras Mazda refuerza este argumento con unos precios muy ajustados, Volvo mantiene su exclusividad con unas tarifas superiores. Sin embargo, tanto el Mazda 3 como el Volvo S40 comparten gran parte de la mecánica, desde el motor y el cambio hasta el chasis, pero cada uno se viste por fuera y por dentro con una estética diferente.

Los dos modelos de esta prueba tienen una carrocería con línea de berlina y comparten un motor 1.6 turbodiésel a la última, fruto de la alianza entre Ford y Peugeot-Citroën. El Mazda 3 Sportsedan 1.6 CRDT se vende a partir de 18.775 euros (acabado Active) y sube a 20.725 en el Sportive de la prueba. El Volvo S40 1.6D está disponible desde 23.970 euros en el acabado Kinétic y llega hasta 28.865 en el superior o Summum. Además tiene una versión 2.0D de 136 CV a partir de 26.070 euros.

Dos berlinas con medidas similares y planteamientos diferentes. El Mazda 3 (izquierda) tiene un estilo más joven y deportivo; el S40 busca más la imagen sólida y la clase que distinguen a Volvo.
Dos berlinas con medidas similares y planteamientos diferentes. El Mazda 3 (izquierda) tiene un estilo más joven y deportivo; el S40 busca más la imagen sólida y la clase que distinguen a Volvo.ENRIQUE BROOKING

Mazda 3 SportSedan 1.6

La línea del Mazda 3 prima el estilo deportivo y presenta una imagen con más carácter que el Volvo. Destaca el diseño del frontal, con la parrilla en forma de V y un faldón inferior más llamativo. Los trazos suaves del techo forman un arco descendente y se unen por detrás con una zaga elevada para integrar el maletero y evitar el aspecto demasiado clásico que caracteriza a las berlinas.

Conducción: 47 puntos (2º)

El estilo deportivo del Mazda se refleja también en la conducción. Aunque los dos coches de la prueba comparten el mismo motor 1.6 turbodiésel procedente de la alianza entre Ford y PSA (Peugeot-Citroën), además de gran parte del chasis, el modelo japonés pesa 100 kilos menos e incluye una configuración mecánica que realza más su carácter.

La dirección es más directa, el motor responde de forma más inmediata al acelerador y monta unas suspensiones más enérgicas. Estos matices provocan una conducción más ágil y deportiva en todos los trazados y hacen que acuse algo menos los balanceos laterales en las curvas. Sin embargo, las diferencias son mínimas, aunque siempre ligeramente favorables al Mazda 3.

Por lo demás, el motor se muestra elástico desde muy bajo régimen, sube de vueltas con mucha alegría y se estira con rapidez hasta las 4.500 revoluciones. Tiene un cambio manual de cinco marchas muy bien escalonado y rápido de accionar, y unos buenos frenos. El conjunto ofrece un comportamiento dinámico muy conseguido que permite disfrutar al volante casi como en un GTi. Sólo el tacto de los mandos, más duro y algo menos refinado que el del Volvo, exige más esfuerzo y lo sitúa por detrás de su rival en calidad de conducción.

Vida a bordo: 40 puntos (2º)

El interior del Mazda ofrece una habitabilidad similar a la del S40, con unas buenas plazas delanteras, un espacio correcto en las traseras y un maletero generoso teniendo en cuenta sus medidas externas. El ambiente es más deportivo y alegre, con el volante y el cambio en cuero, una consola central muy original, instrumentación más llamativa y tapicerías coloristas. Pero los plásticos y algunos mandos, como los elevalunas, no transmiten la sensación de calidad y consistencia del Volvo, y aunque el ambiente general es atractivo, no logra ofrecer un aspecto igual de elegante y refinado.

El Mazda tiene también unas suspensiones un poco más enérgicas para viajar, y como no está tan bien aislado, deja sentir más los ruidos mecánicos y de rodadura en el interior. No es rumoroso ni incómodo en los viajes, pero tampoco transmite la sensación de solidez y el confort de su rival nórdico. En contrapartida, resulta más práctico en el uso diario porque tiene más espacios y accesorios para dejar objetos, con una guantera y un apoyabrazos central enormes, bolsas laterales en las cuatro puertas, y dos posavasos y una repisa junto al freno de mano.

Seguridad: 16 puntos (1º)

La versión 1.6 CRDT Sportive incluye de serie seis airbags, ABS y control de estabilidad ESP. Y aunque se muestra un poco más ágil, el comportamiento dinámico es muy similar en eficacia y seguridad al del Volvo.

Economía: 29 puntos (1º)

El punto fuerte del Mazda y la clave de su victoria. La versión de la prueba cuesta 20.725 euros, 3.250 menos que el Volvo, pero además incluye un equipo de serie superior en los detalles. Aparte de los elementos de seguridad, viene con climatizador, radio-CD, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, cierre centralizado con mando a distancia y otros detalles. Añade ordenador de viaje y llantas de aleación, opcionales en el Volvo, y un año más de garantía (tres).

Los consumos son muy bajos y similares en los dos modelos, aunque el Mazda ha gastado un poco menos en la prueba. En conducción normal apenas pasa de cinco litros, y sube a siete en ciudad y estirando las marchas.

Volvo S40 1.6 D Kinétic

La imagen y el estilo sólido e inconfundible de Volvo, con un aire más joven y desenfadado que sus hermanos mayores. El S40 es el modelo pequeño de la marca sueca y mantiene su ADN: frontal prominente y poderoso, cintura lateral muy marcada con un escalón bajo las ventanillas, y una zaga corta y robusta que transmite sensación de protección. Una berlina moderna con personalidad propia.

Conducción: 48 puntos (1º)

El S40 tiene un planteamiento más burgués y familiar, pero no sacrifica el disfrute al volante y cuesta notar las diferencias con el Mazda 3, salvo cuando se conduce uno después del otro.

El motor 1.6 D responde con una contundencia sorprendente, y, con el apoyo de un cambio de cinco marchas bien escalonado y muy rápido de manejar, ofrece unas prestaciones brillantes, sobre todo para su cilindrada. Responde con mucha elasticidad, pero como pesa más que el Mazda, es algo menos rápido al acelerar, aunque después alcanza una velocidad oficial superior que refleja su cuidada aerodinámica.

En la estabilidad también acusa algo más las inercias en las curvas, pero la diferencia es mínima y circula con agilidad en todos los trazados. Además tiene un tacto muy suave que permite conducirlo con la punta de los dedos, transmite mucha seguridad y cuenta con unos frenos que paran con equilibrio. Tiene unos mandos y un tacto general más suaves que lo sitúan por delante en calidad de conducción y hacen que sea más agradable de conducir, aunque siempre con diferencias de matiz.

Vida a bordo: 44 puntos (1º)

El punto fuerte del Volvo. El espacio interior es muy similar al del Mazda, tanto en las plazas delanteras como en las traseras, y también en la capacidad del maletero. Pero el S40 aporta un diseño más original y cuidado que le proporciona un aspecto más ordenado. Utiliza unos plásticos de calidad superior y está mejor acabado, con una consola central flotante muy original y unos asientos confortables que admiten muchos reglajes. Las suspensiones filtran mejor los baches, está mejor insonorizado, y es más cómodo y silencioso en los viajes que su rival.

En cambio, la dotación de huecos para objetos es mínima y limita su sentido práctico en el uso diario. El apoyabrazos central delantero, la guantera y las bolsas de las puertas (sólo las lleva delante) son mucho más pequeños. Atrás apenas tiene dos posavasos integrados en el apoyabrazos. Pero no hay donde dejar una agenda, aunque a cambio aporta detalles originales y prácticos. Así, destacan las bolsas situadas en el frontal de la base de los asientos, que sirven para llevar a mano los objetos personales (teléfono, cartera...), o una bandeja opcional que se integra en el piso del maletero y se levanta en vertical para compartimentar el espacio y permite sujetar las bolsas con una cinta elástica (86 euros).

Seguridad: 16 puntos (1º)

Incluye un equipo de serie similar, con seis airbags, ABS y ESP. Y añade los reposacabezas activos y el minucioso estudio de la resistencia de la carrocería que distingue a todos los Volvo. Pero el comportamiento dinámico es algo menos ágil en zonas viradas e iguala el resultado.

Economía: 23 puntos (2º)

El principal inconveniente del Volvo es el precio, porque cuesta 23.970 euros, 3.250 más que el Mazda. Y no lo justifica con el equipo de serie, porque no incluye algunos detalles como las llantas de aleación (925 euros) o el ordenador de viaje (336 euros), que son opcionales. Aparte del equipo de seguridad, viene con climatizador, cuatro elevalunas eléctricos, cierre con mando, radio-CD y dos años de garantía. Los consumos son similares: unos cinco litros en conducción suave y alrededor de siete en ciudad y estirando las marchas.

CONCLUSIÓN

DOS ESTILOS DIFERENTES y un ganador por la mínima: el Mazda 3, que se impone por un punto gracias a un precio muy competitivo, que equilibra la calidad de conjunto del Volvo S40.

El modelo japonés supera a su rival porque cuesta 3.250 euros menos, una diferencia importante que se completa con un equipo de serie más generoso: incluye lo mismo y añade detalles como el ordenador de viaje o las llantas de aleación, que en la berlina nórdica se pagan aparte. El Mazda tiene también un planteamiento más deportivo que se refleja en una línea más estilizada y un interior más colorista. Este matiz se aprecia también en un comportamiento dinámico con más carácter que le proporciona más agilidad en trazados virados y en el tráfico urbano. Pero, por lo demás, las prestaciones son muy similares porque los dos montan el mismo motor, un 1.6 turbodiésel a la última que ofrece un rendimiento sorprendente porque corre mucho y gasta muy poco.

El Volvo S40 tiene toda la clase de Volvo, tanto por fuera como por dentro. La línea refleja la habitual robustez de la marca y le proporciona más presencia. El interior, en un espacio similar, está mejor acabado y da más sensación de calidad. También es algo más cómodo, tanto por suspensiones como por insonorización. Pero el precio -más elevado- y también en parte el equipo de serie -algo menos completo- inclinan la balanza en su contra.

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